Capítulo 12

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Después de la muerte de mi madre, estuvimos a cargo de una tía, la hermana de mi madre.
Solo fue por un par de mese hasta que decidió que era lo suficientemente mayor como para hacerme cargo yo sola. De hecho nunca fuimos sus favoritas. Por eso nos abandonó. No tenemos mas familiares.

–¿Bryn?–digo asomándome por la puerta. Imagino que será la misma escena de ayer, pero no es así.

En vez de encontrar a Bryn en el suelo, la encuentro sentada en la cama jugando con algunos de sus juguetes. Es como ver a la antigua Bryn, solo que algo ha cambiado.

Realmente se ve enferma, tiene la piel muy pálida y reseca, y grandes ojeras pronuncian sus ojos verdes, tiene los labios tan resecos como lijas y su cabello está demasiado alborotado. Al verme interrumpe su juego.
–Hola–me obligo a sonreír, entro en la habitación y me siento al pie de su cama–¿Cómo estas?
–No lo sé–comienza a mirar por todas direcciones–Todo es tan confuso. He escuchado voces que dicen mi nombre, pero cuando las voy a buscar no hay nada. Y he visto cosas que no son.

Puede que la enfermedad haya comenzado a dañar parte de su cerebro. Parte de ella misma.
–¿Qué me esta pasando?–pregunta mirándome confundida
–No lo sé–me acerco a ella para abrazarla. Ella se sienta sobre mi regazo–Pero verás que pronto estarás mejor. Dejame ponerte la inyección.
Bryn protesta pero al final terminé por inyectarla de todas formas. Después de eso toma una larga siesta.
Debería tomar una también. No he dormido bien, pero tengo miedo por lo que pueda pasar en mis sueños.

No lo resisto. Necesito descansar y tomo un somnífero de los que solía tomar mi madre en los malos días.

El sueño llega lento y pesado, y ronronea como un gato sobre mi piel. Puedo sentir como mis músculos se relajan y no había notado lo tensa que estaba.
Por lo menos tendré unas horas de sueño.

Con los somníferos nunca tengo sueños. Solo me limitan a descansar. Me gustaría tomarlos más a menudo pero tengo miedo de terminar igual que mi madre. Ella se volvió adicta a los somníferos después de la muerte de mi padre, era la única manera de que estuviera “bien".
Después de despertar de sus sueños, chequeaba que Bryn y yo estuviéramos vivas y regresaba a su fantasía.
Fue un milagro de que hayamos sobrevivido, si no hubiera sido por los vecinos y nuestra pensión alimenticia, creo que no estuviéramos aquí. O bueno, lo que queda de nosotras.

Cuando despierto es de mañana, lo que significa que dormí hasta el otro día. Curiosamente, despierto animada, con ganas de hacer algo con Bryn. Tal vez dar un paseo, y comer algo.
Ahora que lo recuerdo, Bryn no ha comido.

Me levanto de la cama de mis padres y me acerco a la habitación en la que ella duerme, procurando no hacer ruido por si sigue dormida.
Abro un la puerta y Bryn está sentada el borde de la cama, poniéndose un lindo vestido rosa que le llega hasta las rodillas.

–Hey–digo y entro a la habitación con ella–¿A dónde vas, pequeña?–
Su aspecto no ha mejorado mucho, pero se ve mejor que ayer. Ha recuperado un poco el color y casi no se le notan las ojeras.
–No sé. Estoy aburrida aquí, y esperaba que tú me llevarás a algún lado–
–Creo que es una buena idea–digo–Pero primero, a desayunar.

Comemos una lata de comida y Bryn se come la mitad de la otra. Creo que es una buena señal de que esta mejor, eso hace que mi ánimo aumente.

Después de desayunar me doy una ducha con la poca agua que hay y me pongo otros jeans y una sudadera negra, y me dejo el cabello tal y como está.
Espero ver a Adam y decirle que Bryn está mejor, y pensándolo bien, mejor me arreglo un poco el cabello.

Caminamos al centro de la ciudad donde se encuentra un parque en el que rara vez vemos vemos niños, pero hoy está un poco concurrido. Hay personas platicando, niños corriendo. Personas felices.

Es como volver a los buenos tiempos, aunque el cielo es gris, no es un impedimento para que las personas sonrían. No es un impedimento para que sonría.

–Mack, vamos a los columpios–dice Bryn jalando de mi manga.
–Vamos– le sonrió y me devuelve la sonrisa.
Corremos hasta dos asientos vacíos y nos sentamos en ellos.
Ayudo a Bryn a subirse y la impulso.
Me pide que la columpie para que se eleve más alto. Ella ríe y yo la imito.
Cuando por fin nos callamos veo que Adam esta sentado en una banca frente a nosotras y me esta sonriendo, y hace que me ruborice pero intento disimularlo.
Lo saludo con la mano y él se levanta y camina hacia nosotras.

–Hola, Mack–dice cuando se acerca– ¿Puedo decirte una cosa?
–Si–respondo todavía agitada por jugar con Bryn.
–Tienes una bonita sonrisa–sonríe.
–Gracias–digo bajando la mirada para disimular otro rubor que se extiende por mis mejillas.
–¿Es tu novio, Mack?–dice Bryn, viendo a Adam y de regreso a mi.
–No, es mi amigo. Adam–

Prometo Cuidarte|| [SinEditar] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora