Capítulo 1: "Cayendo por la madriguera"

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¿Alguna vez has oído hablar de "El país de las maravillas"? Seguramente sí, ese lugar tan fantástico donde todo lo inimaginable es posible...

Mi nombre es Allen, soy un chico de 17 años y de estatura media. Mi cabello es de color rubio y mis ojos azules como los zafiros, debido a mi complexión delgada la gente cree que soy tan débil como una chica y eso me ha dado problemas desde pequeño. Recuerdo que cuando me iba a llorar a mi habitación, debido a que los otros niños se burlaban de mí, siempre leía mi libro favorito para animarme y conseguir escaparme de la cruel realidad. Se titulaba "Alicia en el país de las maravillas" y era de un escritor británico llamado Lewis Carroll.

Pese a que solía tener pesadillas al leerlo, no podía dejar de hacer tal cosa. Quedé maravillado por la locura del libro. Muchas veces deseaba poder escapar a aquel lugar, hasta que recordaba el miedo que me dieron algunas cosas y desechaba la idea.

Con los años fui perdiendo ese miedo, teniendo a veces la absurda idea de escaparme a un lugar tan desconcertante como aquel. Seguramente viviría allí mejor rodeado de los personajes tan locos como el Conejo Blanco, la Liebre de Marzo o el Sombrerero...como si eso pudiera ocurrir. En estos últimos años me he dado cuenta de que los personajes no son tan diferentes de las personas reales. Todos estamos igual de locos.

Aún a día de hoy, sigo siendo el blanco de insultos y trastadas de varios compañeros de mi instituto. Y para mejorar la situación han descubierto que me gustan los chicos. Me gustaría tanto poder escapar de aquí.

Esa tarde salí de clase lo más deprisa que pude. Cerca de allí había un pequeño bosque al que me aficioné a acudir cada tarde tras las clases. Siempre me sentaba bajo un árbol y me dedicaba a contemplar las nubes y el paisaje, dejando volar mi imaginación para soñar despierto. Y en ese momento vi algo que no me podía creer.

Un chico de apenas unos años mayor que yo, cabellos blancos, ojos rojos, alto y vestido elegantemente de negro y con un chaleco. Lo envolvía un aura de misterio que llamaba bastante la atención. Se acercó lentamente a mí hasta que pude darme cuenta de algo, entre sus blanquecinos cabellos se escondían una orejas de conejo blancas. No sabía si decir algo, pues para comenzar, ni siquiera sabría decir si aquel chico era un humano o un monstruo. Pero debía admitir que era bastante atractivo.

Me quedé inmóvil, mientras él metió su mano en uno de sus bolsillos sin apartar su mirada de mí. Sacó un pequeño reloj de bolsillo dorado y lo miro atentamente, para después fruncir el ceño.

-Es tarde, muy tarde.-dijo algo preocupado y salió corriendo en un suspiro.

-¡Espera!-conseguí decir tras salir de la conmoción-¿Quién eres? ¡Espera!

Me fui adentrando cada vez más y más en el bosque, perdiendo completamente de vista el camino que hacía normalmente, hasta que me hallé en medio de aquel frondoso lugar, desorientado. No distinguía de donde venía ni hacia donde debía ir. Entonces escuché un ruido.

Miré hacia uno de los arbustos y pude ver al chico corriendo, por lo que seguí con mi persecución. Por mucho que le pedí que me esperase, no me hizo caso alguno, simplemente seguía. Al llegar a los pies de un gigantesco sauce llorón, atravesé sus ramas y hojas caídas quedando a los pies de éste. Casi camuflado entre sus grandes raíces pude ver un enorme agujero que enseguida supuse que sería una madriguera.

¿Habrá entrado ahí aquel chico?

Me asomé al interior con la intención de ver la profundidad de ésta, pero como no era capaz de ver por la oscuridad, me introduje lenta y cautelosamente. Caminando a cuatro patas me distraje pensando en qué sería lo que haría al alcanzar al chico... y de buenas a primeras me precipité al vacío.

País de las Maravillas (yaoi hard)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora