Sé que lloraste hasta quedarte vacía por la persona que no se merecía ni una sola lágrima. Sé que has abrazado a quien nunca te dio la mano. Que has peleado por causas perdidas, y que en más de una ocasión has sentido que el
mundo podía contigo.
Así que ahora te digo: ve corre, vuela y disfruta. Comete todos los errores que puedas, y enamórate de la persona equivocada. Embárcate en caminos que no llevan a ninguna parte para luego desandar lo andado y volver a empezar.
Porque si nunca arriesgas nunca ganas; es cierto que no sabemos qué dirección es la correcta, pero tampoco cuál es la errónea.
Si nunca lo intentas, te darás cuenta de que tu vida ha pasado y te has quedado con el "y si..." En la boca.
Que no, que no hay excusa que valga. Que nadie puede arrebatarte esa sonrisa con la que te enfrentarías a un millón de huracanes. Que hundirte en un mar de lagrimas es inevitable, pero salir a flote es lo más importante.
Hay pegamento de sobra para reparar los corazones rotos, suficientes canciones para despertar a las almas dormidas, pero pocas personas que de verdad valgan la pena.
Así que ve y sal a comerte el mundo, sin miedo a que nadie te rompa en mil pedacitos. Porque tú vales tal y como eres, y aunque no lo creas, en realidad estás hecha de piedra. Así que no dejes que nadie te haga pensar que eres frágil, como el cristal.
Ama. Odia. Vive. Corre. Intenta. Llora. Fracasa. Levántate. Sigue.
Siempre sigue.
