28 de enero.

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-¡Feliz cumpleaños, Nico!

Los seis lo felicitaron al unísono cuando el jefe de la cabaña 7 lo llevó al comedor. Todos sonreían ante la sorpresa del hijo de Hades, mientras que el médico número uno de la enfermería soltaba una leve risa a su lado.

A decir verdad, el italiano ni siquiera recordaba que fuese su cumpleaños. Esa mañana se sorprendió al ser despertado por alguien que agitaba su hombro, el cual resultó ser nada menos que Will Solace, quien le dedicaba una de sus agradables y brillantes sonrisas. Trató de ocultar el leve tono rojo que cubría sus mejillas acomodándose más en su cama, deseando que lo dejara dormir unos minutos más.

"-Solace, ¿qué estas...?" empezó y a los pocos segundos fue interrumpido por aquel rubio  que tan cercano se había vuelto a él desde el año pasado, después de esos tres días en la enfermería y un poco más de tiempo fuera de ella. Fue cuando se dio cuenta de que gustaba de él.

"¿Haciendo en tu habitación?" completó Will. "Quiero mostrarte algo, pero primero necesito que te asees un poco, Di Angelo, estas hecho un desastre en la mañana".

"Perdón si no estoy lo suficientemente presentable para ti, Solace" respondió mientras se sentaba en la orilla de la cama. Su amigo se limitó a avanzar hacia la puerta, mientras Nico buscaba su ropa en el cajón al pie de su cama: una camiseta negra con el estampado de una calavera sentada bajo un rayo de luz blanca, un pantalón del mismo color y su chaqueta de aviador, tomó un par de zapatillas y entró al baño de la cabaña.

Quirón le dijo una vez que no era necesario usar las camisetas del campamento, ya que el señor D le había permitido usar sus típicas camisetas negras -al parecer, había quedado encantado con su comentario acerca de ser un buen personaje en el juego de Mitomagia, el cual había dejado de jugar pocos años atrás. Algunas veces el señor D era un poco extraño-, pero la verdad era que algunas veces lo hacían sentir que tenía un hogar en ese lugar, y le gustaba ese sentimiento.

Algunos minutos después, Nico salió del baño listo para seguirlo, y el hijo de Apolo lo guió mientras cubría los oscuros ojos del menor -o mayor, aún no estaba seguro de ello-, siendo acompañado de comentarios y preguntas constantes como "¿A dónde me llevas?" y "Ya suéltame, Solace", a lo que el rubio respondía con un nada tranquilizador y totalmente exasperante "Ya casi llegamos".

Al llegar a su destino -el cual se situaba en el comedor-, el Rey de los fantasmas no sabía cómo reaccionar, a lo que preguntó con una gran impresión y un gesto de sorpresa:

-¿Es mi cumpleaños?

-Sí, Nico, es tu cumpleaños -sonrió Jason, divertido ante su cuestionamiento.

Hazel fue la primera en hablar junto con su novio Frank, envolviendo a su hermano en un abrazo.

-¡Feliz cumpleaños, hermanito! Todo esto fue planeado, así que no te quejes sobre los regalos -sonrió. Nico sabía que había algo más en ese mensaje, pero le preguntaría más tarde si es que no lo averiguaba antes. Alejó ese pensamiento y le devolvió el abrazo, agradeciéndole con una leve sonrisa en el rostro.

-Felicidades, hum, cuñado -sonrió el canadiense, o chino... no importa. Nico le devolvió la sonrisa.

-Gracias, Frank.

Jason fue el siguiente:

-¡Felicidades, Neeks! Hablaremos el que hayas olvidado tu cumpleaños mañana, hoy tienes, hm... cosas que hacer -dijo en un tono un tanto extraño y con una leve sonrisa. El azabache se extrañó un poco por ello, pero supuso que se estaría refiriendo a la fiesta así que no le tomó mayor importancia.

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⏰ Última actualización: Apr 07, 2016 ⏰

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El mejor cumpleaños.-Solangelo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora