Miré el pelaje del caballo que se encontraba delante de mí a una escasa distancia. Me giré hacia Heath, no sabiendo qué decir. Invernalia ya no era un sitio seguro, y probablemente los alrededores estarían desiertos por culpa de la llegada de los Bolton. A la fuerza tenía que irme. Fue como si el destino me empujara a llegar al Muro; a llegar a Jon.
"Kingsly" llamó una voz de fondo. Heath se giró, y supuse que aquel era su apellido. "Te veo bien acompañado" añadió aquella voz, aguda pero lo suficientemente alarmante como para hacer que mis nervios se alteraran.
No supe quién estaba hablando hasta que lo vi. Estaba de pie, con sus manos detrás de la espalda. Podía distinguir la frialdad de sus ojos desde allí. Se encontraba en uno de los pasillos de madera que comunicaban las torres, a dos alturas del suelo.
"Ya se iba, señor. La chica estaba paseando por los alrededores, y hemos sospechado que podría ser un espía. No lleva armas" contestó Heath sin dudar, con seguridad.
"Tráela dentro" dijo el hombre mirándome; y, sin dejarle opción a protestar, se fue.
El chico se giró hacia mí, rascando su nuca.
"Estás jodida" se limitó a comentar.
"Dime algo que no sepa" respondí, para después comenzar mi camino hacia la sala de recepción. Sabía bien cómo llegar desde allí.
La puerta ya estaba abierta, no había guardias en ella, lo que me hizo pensar que todos los que antes protegían el castillo por dentro, ahora ejercían como refuerzos fuera.
Exploré el espacio que tenía delante de mí desde el umbral. No había nadie. Tal vez me esperaba en otro lado. Decidí entrar, y en el momento en el que pasé la puerta se cerró de golpe. Como acto reflejo, me giré y saqué el cuchillo que tenía en mi cintura rápidamente.
El mismo chico que había ordenado a Heath que me llevara dentro se encontraba sonriendo hacia mí.
"Así que no llevabas armas" dijo en tono irónico. Recelosa, guardé el cuchillo en su sitio.
"La llevaba bien escondida" contesté.
"Ya lo veo..." Respondió rápidamente, enarcando sus cejas y analizándome con la mirada. "Soy Ramsay Bolton, y, ¿tú eres...?" Preguntó caminando en mi dirección.
"Dyanna" dije.
Antes de que pudiera darme cuenta una fuerte presión en mi cuello había aparecido. Su mano había llegado tan rápido a mi cuello que había sido incapaz de interceptarla. Intentaba apartarla, notando cómo al aire le costaba entrar en mis pulmones.
"Bien, Dyanna. Dime, ¿qué te ha traído hasta aquí? Porque no creo que hayas querido venir a conocerme".
"Fue por error. Me equivoqué de camino y me perdí" respondí como pude. Su agarre se aflojó, pero aún seguía ahí.
"Oh, ya veo. ¿Y dónde ibas? Si no es mucha indiscreción".
"A Los Gemelos" dije con rabia, esperando que captara el mensaje.
Su rostro cambió, ahora podía ver sorpresa y satisfacción, además de maldad.
Dejó de hacer presión en mi cuello con su mano, y con ella acarició la piel que había estado sujetando; después bajó a mi pecho hasta llegar a la cintura, donde me agarró y me acercó a él bruscamente. Su cercanía me enfermaba. Él no era el Bolton que había asesinado a los Stark, pero llevaba su sangre, y eso era más que suficiente para justificar mi odio hacia él.
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Lady Invierno | Juego de Tronos
Fanfic¿Qué habría pasado si las cosas no hubieran sido de aquel modo? Si el maestre Aemon no hubiera querido cuidar de ella, habría muerto congelada o devorada por las horribles criaturas que se encontraban al otro lado del Muro. Algunos lo llaman 'suerte...