Las palabras sobran. ~ JiKook ~

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Salí de la habitación, no sin antes avisar a mi compañero de que no volvería hasta tarde. Tenía cosas que hacer. Sí, tenía que compartir habitación con JungKook. ¿A qué clase de demonio se le había ocurrido ponerme en la misma habitación que él? Sabiendo que me gusta desde hace bastante tiempo, meterme en una habitación con él es una crueldad. Me paso las noches mirando cómo duerme. Joder es tan lindo. Es tan duro tenerlo cerca y no poder tocarlo, abrazarlo o besarlo... Gruñí mientras caminaba por la calle, estaba de mal humor y me importaba más bien poco lo que la gente pensase de mí. Llevaba una mascarilla y gafas de sol, no quería que nadie me reconociese, no tenía ganas de nada. Tenía que arreglar unos papeles así que fui al lugar que me habían indicado previamente. Aquello tardó menos de lo que yo esperaba. Volví a casa, pensando en JungKook por el camino, aunque se me hiciese insoportable no poder hacer nada con él cuando no estaba cerca suya nada era igual. Golpeé una piedra que había en medio de la calle mientras pensaba en ese niño que no me dejaba dormir tranquilo, las noches que no me quedaba observando su cara de ángel soñaba con él y me despertaba con la tienda de campaña montada. Por suerte Kook era un dormilón y yo me despertaba antes, así podía ir al baño para librarme de mi erección. Joder, solo de pensarlo se me ponía dura. Mordí mi labio inferior bajo la mascarilla recordando uno de esos sueños húmedos.

-A este paso voy a volverme loco.

Murmuré con una mano en el bolsillo para que no se notase el bulto de mi pantalón. Ya podía ver el edificio. Saqué las llaves con el pensamiento de meterme en el baño en cuanto cruzase la puerta de mi habitación. El ascensor parecía ir más lento de costumbre, me desesperaba, necesitaba llegar al maldito baño en ese mismo momento. Abrí la puerta con bastante prisa y pese a cerrarla sin ningún cuidado no hizo ruido, solamente estaba centrado en mi meta. JungKook estaba frente al ordenador con los cascos puestos, ni si quiera me había visto entrar. Pensé que quizá estaba viendo algún videoclip de chicas para aprenderse la coreografía o que estaría escuchando alguna canción de IU. Se me ocurrió sorprenderlo tapándole los ojos o algo similar, cuando me estaba acercando por su espalda lo escuché gemir. Abrí mis ojos con sorpresa y mordí mi labio inferior, asomándome para ver lo que él veía. Confirmé mis sospechas de que estaba viendo porno, lo que me dejó un poco en shock fue el tipo de porno que estaba viendo. ¿JungKook era gay o simplemente le daba morbo ese tipo de pornografía? Me asegure de que la puerta estaba cerrada y le quité los cascos tirando de ellos hacia arriba y dejándolos sobre el teclado. Noté que subía sus boxers bastante avergonzado. Giró su silla y me miró sonrojado sin decirme nada, poco después apartó su mirada mirando hacia el suelo. Su inocencia era lo que más me ponía de él. Lo miré con una sonrisa ladina desde la punta de los pies hasta el final de su cabello. Estaba empalmado porque le había interrumpido. Reí levemente  y agarré el cuello de su camisa haciendo que se levantase. Pude ver la sorpresa en sus ojos cuando hice eso. Me acerqué más a él y lo hice retroceder hasta que se chocó con la pared más cercana, en ese momento lo acorralé usando un brazo, pues el paso por el otro lado lo impedía la mesa. Ninguno de los dos decía nada, hice que alzara la cabeza poniendo dos dedos en su barbilla. Me miró por unos segundos y luego miró hacia su derecha. Yo continuaba devorándolo con la mirada, acercando mis labios a los suyos en diversas ocasiones sin llegar a tocarlos, si besé sus mejillas y sus orejas. El primer sonido que apareció en aquel momento fue un dulce gemido por su parte cuando lamí su cuello. Que no me opusiera resistencia me hacía pensar que también quería que pasasen ciertas cosas entre nosotros. Devoré su cuello con ayuda de mis labios, de mi lengua y de mis dientes, pegué su cuerpo al mío poniendo una mano en su trasero, el cual nada más apretarlo nos hizo gemir al unísono. Por fin se movió, poniendo sus manos y su barbilla en mis hombros. Aproveché esto para poner mi otra mano en su trasero y levantarlo, lo llevé a su cama y lo dejé cuidadosamente sobre la misma. Podía estar desesperado pero seguía enamorado de él, no podía hacerle daño lanzándolo de forma bestia. Me puse sobre él y quité mi camiseta de tirantes blanca tirándola al suelo sin importarme absolutamente nada la suerte que corriese. Vi que mordía su labio al ver mis abdominales y sonreí victorioso, él también me deseaba, estaba seguro de eso y haría que lo confesase. Colé mis dos manos por debajo de su camiseta y me puse a jugar con sus pezones mientras acercaba nuevamente mis labios a los suyos, mordiendo mi propio labio inferior a escasos milímetros del suyo. Me quedé mirándolo fijamente, atento a cualquier pequeña reacción que mis acciones provocasen en él. Pequeños ruiditos salían de sus labios mientras cerraba sus ojos. Saqué mis manos de ahí y llevé una a su mejilla, para acariciarla con el dorso de mi dedo índice mientras mis labios seguían a milímetros de los suyos, sin tocarlos. Sonreí de forma encantadora al acariciar su suave mejilla y entonces ocurrió. Juntó por fin sus labios a los míos por voluntad propia. Gemí levemente por su beso, pues no me lo esperaba en absoluto. Introduje mi lengua en su boca con su permiso y lo besé de forma lenta mientras acariciaba su torso por debajo de la camiseta, pasé a acariciar sus muslos, apretándolos en diversas ocasiones. Rompí el beso para quitarle los pantalones, pues me estaban molestando bastante. Los dejé a los pies de la cama y lo miré con una sonrisa dulce, el sonrió de la misma manera. Pese a que ninguno de los dos decía nada, había complicidad entre nosotros. Comencé a desabrochar mi pantalón, soltando un suspiro de alivio cuando mi erección se libró de aquella tela vaquera. Miré su camiseta con desaprobación, ya que estaba desvistiéndolo no podía pasar esa prenda por alto. Él me ayudó a que se la quitase levantando los brazos. Tras lanzarla volví a besarlo, esta vez con necesidad y rapidez. Bajé una mano a su erección, tocándola sobre la ropa con un solo dedo. Gimió y mordí su labio inferior, retomando el beso segundos después de colar mi mano bajo sus boxers. Masajeé su miembro con lentitud durante varios minutos hasta que por fin dijo algo. 

Las palabras sobran. ~ JiKook ~  ( OneShot )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora