4 . MIS AÑOS DE INSTITUTO

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La verdad es que supuso un gran cambio para nosotros. Aunque nos relacionábamos con los otros chicos de nuestro clan, suponía todo un reto ir a la ciudad e intentar pasar desapercibidos allí. Ninguno era licántropo...solo yo, pero nadie lo sabía. Pero sí eran hijos de licántropos.

En la ciudad nadie conocía nuestro secreto, había muchas especulaciones sobre nosotros, que si éramos unos hippies que vivíamos en la montaña apartados de la sociedad, que si practicábamos ritos y magia negra...pero a veces la realidad supera a la ficción. La gente tenía respeto y miedo de adentrarse en nuestra montaña, por lo que solíamos estar solos...algún turista despistado que encontrábamos de vez en cuando, por eso debíamos ser cautelosos sobre todo a la hora de transformarnos.

A los dieciséis años sufrí mi primera transformación completa, esa semana lo pasé fatal, era imposible controlarme y mi cuerpo quedaba totalmente agotado. Pero después de aproximadamente dos semanas más ya era capaz de transformarme en una preciosa loba de pelo blanco, era fuerte y rápida, los años de entrenamiento habían ayudado a mejorar mi instinto. Solía entrenar con mi padre, a veces sin querer nos hacíamos daño pero era parte de mi entrenamiento. Lo que más me gustaba era compartir esos momentos con él, dos lobos corriendo por los bosques en las noches de luna llena, bañarnos en los arroyos...son momentos especiales que siempre guardaré en mi corazón.

Como dije al principio me encanta el instituto. No me interesaban los chicos en absoluto, pero alguno de ellos no podían soportar ser rechazados. Por eso cuando me enteré que el imbécil del capitán del equipo de fútbol andaba diciendo que se había enrollado conmigo en su coche ...y que era una frígida...

Me cabree, me cabree mucho.

Le hubiera arrancado la cabeza...pero decidí ser más racional. Esa fue la primera vez que cometí una estupidez y un error imperdonable. En el siguiente partido, usé mi don. Yo estaba sentada en las gradas con mis amigas, y mentalmente hice que se quitara la ropa delante de todo el instituto, cinco minutos antes de comenzar el partido. Se quedó como su madre lo trajo al mundo, miró para mí y me pidió perdón de rodillas, confesó delante de todos que se lo había inventado. Fue patético, sus compañeros de equipo lo llevaron a la enfermería...nadie sabía lo que había ocurrido, mis amigas me miraban sorprendidas y yo intentaba poner mi mejor cara de sorpresa e inocencia...pero una persona que estaba sentado cuatro filas más atrás clavaba sus violetas ojos en mi nuca.

Si, mi hermano estaba cabreado y mucho. Aunque no se lo dijo a mis padres, cosa que le agradecí. Supongo que en fondo pensaba que ese fanfarrón merecía un escarmiento.


AURORA EN LA OSCURIDAD#GAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora