No era poeta,
Pero poemas escribía
No era pintora,
Pero cuadros pintaba
No sabia cocinar,
Pero los cuchillos usaba
No era una musa,
Sin embargo te inspiraba.
En mi piel escribía
Versos en sangre.
En él silencio se escucharon,
Mis gritos desesperados.
En la oscuridad de la noche,
A la luz de la luna,
Lágrimas cayeron,
Gotas de sangre se fueron.
Una mente perdida,
Un alma vacía,
Versos rotos,
Que en mi piel se escribían.
Las marcas de guerra se borraron
Los cigarrillos y él humo se esfumaron.
Las voces de mi mente se extinguieron,
Dejándome sola en él desafuero.
Los cuadros del cuaderno se fueron,
La tinta del bolígrafo se acabo,
Dejando partituras desgastadas y atascadas
En mi corazón.
Mi dolor era tan profundo,
Que poesía escribí.
Sin embargo nadie supo,
Que mi alma rota,
Iba a morir.
Maldeci una, dos, tres veces,
Deseando Tu amor otra vez.
Las letras se habían borrado,
Como la luz de la luna
Al amanecer.
Y tu amor se fue con él mio,
Como la chica que tocaba él piano al atardecer.
Las teclas de tinta roja quedaron,
Las navajas mis venas cortaron,
Liberando gritos de ayuda
Guardados en mi corazón.
Las ideas vinieron a mi mente,
Como cuando muñecas limpias encontré,
En ellas trazos dibuje,
Hasta que se perdieron,
En él atardecer.
Y estas letras,
Son los pensamientos de una suicida,
A la que tu,
Jamas podrás comprender.
