77 razones para odiarte {wigetta}

77 razones para odiarte

¿Sabes, Samuel? Aunque pasen los años habrán cosas que jamás me animaré a decirte pero el tiempo pasa y las ganas de hablar aumentan, quizás me mandes al mismísimo diablo después de esto, pero no quiero que vuelvas a irte sin saber todo esto.
Las razones por las que te odio son muchas, setenta y siete para ser precisos, todas las peleas que tuvimos fueron probablemente causa de todo lo que te voy a decir a continuación, pero preferí que no lo supieras, al menos no hasta hoy.

La razón número uno, es tu trato hacia mí en los videos, acaso ¿te resulta divertido mandarme a buscar materiales mientras tú te montas un súper episodio en Minecraft? Que sí, que sólo soy una colaboración, pero yo no quiero ser tu perrito faldero tío, quiero ayudarte en esas extraordinarias construcciones que te mandas aunque no confíes en mí, me paso horas y horas viendo tus videos para tratar de igualarte pero aunque no puedo yo lo intento, y me encantaría que valores el esfuerzo.

Razón número dos, a penas hablamos dentro de la casa, todo es vía Skype o Whatsapp, ¿tanta pereza te da ir hasta mi habitación para preguntarme algo? O es que ni siquiera tienes ganas de verme la puta cara.

Y ni hablar de la razón número tres, ¿En serio el único momento de la mañana que podemos compartir prefieres ocuparlo en tu habitación? Vamos hombre, que no te cuesta nada tomar el desayuno conmigo en la mesa, no te das una idea de las ganas que me dan de desearte los buenos días, que me cuentes qué tal tu trabajo, en qué vas con los videos o incluso qué piensas grabar ese día. Que fastidio, joder.

Pero incluso eso puedo llegar a entenderlo, sólo que no me pidas que entienda por qué nunca quieres salir de casa conmigo y ahí va la razón número cuatro, sé que tienes mucho trabajo, "Vegetta", pero recuerda que ambos nos dedicamos a esto, y descansar o despejarse un poco no le hace daño a nadie.

La razón número cinco es que nunca quieres probar mi cena, o llamas al delivery o prefieres hacerte tu propio alimento, vamos cabrón, ¡ni que fuera a envenenarte!

La sexta razón es que te quedes hasta tan tarde grabando, odio mucho que lo hagas. No es sano, Samuel. Acuestas tarde y levantas temprano, quiero que descanses, que nadie te apunta con un arma en la cien para que grabes cierta cantidad de videos para tu canal.

Séptima, ¿Por qué no dormimos en la misma habitación cada vez que nos surge algún viaje? Venga, tío, que no te voy a comer ni mucho menos ¿sabes?

¿Y esas chicas que entran y salen de nuestra casa? Porque te recuerdo, también es la mía. Esas guarras son la octava razón, la novena y la décima. Es que ya hasta sueño con ellas de tantas veces que las veo contigo, joder.

La razón número once y doce van de la mano, y son tus amistades. ¿Por qué nunca me invitas a conocerlos si tú conoces a los míos? O peor aún, ¿Por qué prefieres salir con ellos pero si yo te invito siempre encuentras alguna maldita excusa?

Que por tu trato, que tu arrogancia, tus pocas intenciones de hablarme, que porque eres tan jodidamente guapo, que porque demoras demasiado dentro del baño, que trece, que catorce, que quince dieciséis y diecisiete. 

¿Y esa canción que escribí para tí? Mi razón número dieciocho se encuentra en la letra. "En qué lugar me perdí".

¿Diecinueve? Que aunque nunca te dije que esa canción fuera sobre nosotros, te pregunté si te gustó y jamás me respondiste, Samuel, jamás me respondiste. 

"¡Que no me llames Samuel en los videos!" Lo siento, es la costumbre, pero por favor no te enfades, no me trates así. Mi razón número veinte es esta, "Vegetta".

La veintiuno de ellas es que llames Guille a tu mascota en Karmaland pero claro, a mí jamás me llamas así, ¿Será que para tí sólo soy tu mascota? ¿O estarás pensando en otro Guillermo? Probablemente nunca lo sepa, porque la razón número veintidós es que jamás me cuentas nada.