Habian pasado dos dias desde la ultima vez que vi a Granger. Aquel lunes por la noche en su casa, cuando dimos el pie para tantear el terreno de esto que nos pasaba. Debo confesar que no la busque, que le di espacio y tiempo para que se acomodara a la idea; pero ella tampoco me busco, ni me llamo ni me escribio. Nada. Habian pasado dos jodidos dias sin tener noticia de ella, quedando simplemente en que nos llamariamos o iria a buscarla para hacer algo. Pero no sucedio, y el trabajo en la oficina era arduo.
Entrevistas toda la mañana buscando el remplazo para una de mis empleadas, una junta de accionistas, una reunion con inversores nuevos; una citacion para el juicio de despido de Matthews. Todo el dia aburrido como una ostra, esperando que mi celular sonase, y que del otro lado las palabras de Granger alegrara mi dia. Pero no. No me llamo ni el martes ni hoy miercoles. Planeaba darle el tiempo que necesitara para aclararse, para que se sintiera a gusto con la idea. Pero esto era absurdo.
-Adelante- dije mientras simulaba anotar cosas importantes y ocultar los garabatos que habia estado haciendo las ultimas horas. Mi secretaria asomo su cabeza, y sonrio en mi direccion.
-Señor Black, hay una joven que solicita una entrevista para el puesto de Lourdes. ¿Le digo que pase? ¿O le pido que vuelva mañana por la mañana? - me pregunto. No me apetecia entrevistar a nadie ya, pero evaluando mis opciones para finalizar la tarde, asenti en su direccion.
-Hazla pasar- le dije suavemente; ella asintio y dejo la puerta entreabierta. Acomode los papeles de mi escritorio y espere. La puerta se cerro suavemente, y dos pasos me alertaron de la entrada de la entrevistada. Quede helado cuando la vi. Y por su postura rigida, note que ella tambien. Estaba preciosa; su blusa blanca, enmarcaba sus curvas a la perfeccion y su pollera se ajustaba a la curva de sus caderas, haciendo lucir sus piernas bronceadas con aquellos tacones negros.
-¿Qué haces aqui?- preguntamos a la vez, mirandonos a los ojos.
-Yo, Granger trabajo aqui. De hecho, soy el jefe. - sus ojos recorrian mi oficina mientras soltaba aquellas palabras. -¿Qué te trae a mi despacho? - pregunte suavemente.
-El empleo- dijo bajito acercandose a mi escritorio. Eleve una ceja con contrariedad. No necesitaba una abogada, ya Theo cubria aquella funcion. Y una medica, en una empresa de inversiones, tampoco era necesaria.- Estoy estudiando Psicologia, el año proximo me recibo- respondio a mi interrogante; entregandome un folio con su curriculum y la documentacion pertinente. Oh, eso lo cambiaba todo.
-¿Qué sabes de relaciones laborales? - le pregunte dando comienzo a la entrevista realmente; mientras ojeaba sus experiencias y estudios previos. Brillante. Sencillamente brilante, y no era para menos, siendo ella quien fue.
-Lo basico, he tenido algunas practicas en el Pub, cuando contrataban nuevos empleados; supongo que lo hice bien si aun sigue funcionando- habia alegria en sus palabras, un gozo por sus tareas que evidentemente la enorgullecian.
-Bien. Eso esta muy bien- dije anotando; o mejor dicho dibujando circulos y triangulos en la hoja frente a mis ojos.- ¿Cuales psicotecnicos utilizas para las entrevistas? -le pregunte; ella se agarro las manos con fuerza, mordiendo su labio inferior mientras evaluava mi pregunta.
-Suelo utilizar la tecnica de la asociacion y los dibujos. Ya sabes. "¿Que animal te identifica?" o "dibuja una casa".- asombroso, si era honesto no tenia idea de lo que me estaba hablando. Pero debia finjir, las utimas entrevistas las di haciendo preguntas vacias y usando Legeremancia para encontrar los perfiles que me sirvieran. Con ella no iba a hacerlo.
-Ajam... ¿Y que animal te identifica Granger? - le pregunte. Ella lo penso un momento bajando la mirada a sus manos. Humedecio su labio lentamente; lista para responder.
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30 escalones al Paraiso
RomanceHermione abandona el mundo magico despues de la guerra para buscar a sus padres; lamentablemente llega tarde y se aleja completamente del mundo magico. Estudia y trabaja en la ciudad de Vancouver donde vivian sus padres. Pero una noche, en su trabaj...