Capítulo 1

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Mi primer día en Jordania ha sido...Interesante, algo diferente pero debo admitir que me gusta. Mañana iniciaré en mi nueva residencia Talkin in Silver, a pesar de empeñarme en insistirle a mi padre de que era exorbitantemente pronto, me persuadió para entrar en razón y salir a distraerme. Acepte con la única condición de que solo serán tres meses ya que estamos treinta del mes septiembre, y para mi mayor desgracia las clases se inauguran el primero del mes de octubre.

Mi despertador esta programado para despertarme a las 6:00 am, ya que inicio mi primera clase a las ocho. Así que después de este largo y agotador día lo único que me queda es tumbarme en mi cama hasta quedarme dormida.

La mañana transcurre bastante rápido, ya dan las siete y lo único que espero es que todo marche a la perfección y sea un día tranquilo.
Después de asearme me decidí por un vaquero ajustado, una de mis blusas rosas que dejan al descubierto un poco mi piel, y mis tenis vans negras.
Soy ese tipo de chica que no pasa desapercibida. Mi cabello marrón me llega exactamente a las caderas y lo llevo la mayoría del tiempo curvado en las puntas. Mis ojos son celestes (uno suave), mi piel es blanca y poseo unas despampanantes curvas. No soy gruesa pero definitivamente no soy delgada.
Soy bastante seria y siempre llevo un libro con migo. Y sin duda alguna estudiare Literatura Francesa.
Una vez lista, tomo mis cosas y Cameron (Nuestro Chofer) las lleva a instalar en la limosina.
Al bajar a la cocina mi padre toma el té, me mira, sonríe y dice:

-¿Quién esta preparada para su primer día en la residencia mas esplendida de toda Jordania?

"Oh Cielos'

-Hola papá- digo en tono dulce, - Espero que sientas una enorme calamidad, porque sabes que me estas obligando a ir a un lugar al que no deseo acudir.

-Ni te imaginas- responde burlón.

Cameron aparece, saluda y me informa que debemos irnos.

-Me debo ir padre, te amo... no lo olvides y si llegase a pasar por tu cabeza irte, igual a mamá... Procura despedirte antes.

Una vez dicho esto, en tan solo un paso rompe el pequeño espacio que nos separa y me toma desprevenida dándome el abrazo mas deleitoso y dulce que jamás hubiese recibido. Y en casi un surruro me dice:

-Te amo Nadia Abbadie, y nunca seria capaz de abandonarte. Ahora ve, que tu nueva vida espera.

Una estrella fugaz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora