Capítulo 8.

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Me separo de él despacio, llevamos asi como media hora, pero no me canso de sentirle respirar, de escuchar sus latidos, relajados. Le miro y sonrio timidamente. 

-¿Me ayudas a limpiar este desastre que tengo por casa?- Me sorprendo de lo que digo, ¿yo?, ¿dispuesta a limpiar despues de meses? ¿Que me pasaba? 

"Te pasa él" Dice la vocecita que ahora esta descansada, serena y sin ojeras y desaliñada como yo la pintaba. 

"Sí, puede ser..." Le respondo, por una vez creo que estoy de acuerdo con ella.

-Claro que sí nena, tú solo dime por donde empezamos.- Me sonrie y yo me muerdo el labio, que sonrisa más perfecta.

-Pues ¿que tal por el salón?- Le paso varios trapos a Niall, el aspirador, la escoba, limpiamos el salón al ritmo de canciones aleatorias.

Niall me coje de la mano y me besa el brazo hasta llegar al hombro.

Ahora sí que no sé que decir, no sé decir ni una silaba. Las canciones pasan, tanto como mis ganas de estar sola. Él impregna la habitación con su olor, la hace suya, como pasa conmigo. Hace muchisimo calor, quizás sea de que tengo la calefacción demasiado alta. Veo como él se quita la camiseta y la arroja en el sofá. Trago saliva, no tiene tableta, ni abdominales, pero aún así su cuerpo hace que se te paré el corazón y te falte el aire. Intento no mirarle mucho.

Cuando casi hemos acabado de limpiar el salón nos chocamos, ya estamos en el mismo punto, cada uno ha cumplido con su parte y mi recopliatorio de canciones se está acabando, suena Goodbye una canción preciosa y que me encantaba bailar. Nuestros ojos se miran los unos a los otros, la música nos envuelve a la misma vez y mi respiración se funde con ella. Llevo una sudadera que me esta dando bastante calor, una gotita de sudor cae por mi cuello, y noto como baja por mi pecho. Niall la mira y despues mis labios.

-Gracias por...-le digo, pero antes de dejarme terminar la frase sus labios buscan los mios, abre mi boca con su lengua y busca la mia, juegan al pillapilla, tocandose, saboreandose. Me engancho a su cuello e intento llevar el control, pero él me maneja, me estampa contra una pared de ladrillo del salón y baja por mi mandibula hacia mi cuello, roza con la nariz donde antes caia el sudor por el calor. Entreabro la boca y suelto pequeños suspiros por sus besos en mi cuello. Trago saliva y fundo mis manos en su pelo ligeramente rubio. 

-No, no hoy...-dice separandose de mi cuello pero aún con sus dos grandes y sexys manos en mi trasero sujetandome. No sé que ha sido del chico timido pero este tambien me enamora. Asiento y trago saliva.- Hoy no vas a ser mia. 

Le miro, una parte de mi esta fastidiada. ¿Por qué no hoy? Pero otra lo entiende. 

"Aún no estas bien" Me repite mi vocecita, que se peina el pelo con las manos y que no le gustaba su aspecto desde hace mucho.

Niall me baja, me mira y sonrie mientras me pone el pelo detrás de la oreja, parece que va a decir algo, pero cierra la boca. 

-Gracias por ayudarme.- Le digo, era la frase que quería decirle antes. No sé si es un gracias solo por limpiar, o por todo. Él me mira. Asiente y sonrie despacio.

-Encantado de conocerte, realmente.- Dice refiriendose a lo que le he enseñado antes.

-De nada, cuando quieras algo ya sabes donde estoy.- Le digo y sonrio. Él va hacia la puerta y se despide con la mano. Cuando sale me dejo caer en el sofá, miro al techo confundida y triste, pero esta vez por una razón diferente a la de costumbre.

Un paso hacia adelante, dos hacía atrás. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora