Capitulo 18. La Traición

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Disclaimer: Los personajes de Avatar el último maestro aire no me pertenecen a mí, sino a nickelodeon y sus creadores.

Por Crystal Violeta


Katara abrió los ojos, su cabeza reposaba sobre el pecho de Zuko, quien la rodeaba con sus brazos. Ella sonrió y exhaló un suspiró. Intentó levantarse muy despacio para no despertarlo, pero no pudo moverse. Los brazos del príncipe la sostuvieron con fuerza.

– ¡Zuko! – exclamó – ¿Estás despierto?

Ella notó una sonrisa apenas perceptible.

– Zuko, suéltame.

– No quiero que te vayas – contestó sin abrir los ojos – quiero que te quedes aquí, a mi lado... para siempre.

– Yo también quisiera despertar todos los días así, en tus brazos, como hoy... pero no es posible – suspiró – tenemos que regresar. Los demás deben estar buscándonos.

Zuko abrió los ojos y contempló la mirada azul de su amada.

– Katara, ¡Te Amo!

– ¡Y yo a ti! – ella selló su oración con un beso y de nuevo reclinó su cabeza en el pecho del príncipe, mientras deslizaba sus dedos por el torso del joven.

– Katara.

– Sí.

– Anoche... ¿Qué fue lo que te dijo la adivina?

– ¿Recuerdas que perdí el collar de mi madre y tú lo usaste para seguirnos?

– Sí.

– Bueno, pues... Aang lo encontró y cuando me lo devolvió... bueno... según las costumbres de la tribu agua del norte, cuando un hombre le entrega a una mujer un collar y ella lo acepta quedan comprometidos... pero yo no sabía nada de esa tradición.

– Katara, no tienes que seguir una costumbre que desconocías.

– Lo sé, lo sé, pero la adivina dijo que me casaría con el hombre que me entrego el collar.

– ¿Y por eso estabas preocupada? – Zuko sonrió.

– Es que me dio muchos detalles y todos apuntaban a Aang. Según ella, voy a casarme con él – Zuko dejó de sonreír.

– ¿Casarte con Aang?

– ¡No!, Por supuesto que no. ¡Te amo a ti, Zuko y nunca me casaré con Aang, ni con ningún otro!

– Yo tampoco me casaré con Mai – declaró el príncipe con firmeza – porque quiero casarme contigo.

– ¿Y tú compromiso?

– Voy a romperlo.

– Yo no te he pedido nada – suspiró con resignación – comprendo que eres un príncipe y que yo sólo soy una campesina que nunca...

– Shhh – él la silenció con un beso – Voy a hablar con mi tío. Después de lo que pasó anoche, comprenderá que tenemos que casarnos. Además, yo ya no podría vivir sin ti.

Los dos jóvenes se besaron de nuevo una, otra y otra vez...

– Katara, ¿En dónde estabas? – preguntó Sokka – te he estado buscando por todas partes.

– Me levanté temprano y fui al río a darme un baño, luego...

– ¡Es tarde y tengo hambre!

– No seas tan gruñón – replicó ella con alivio – El desayuno estará listo en un momento.

Katara empezó a cocinar, mientras los demás limpiaban el lugar para la reunión de los rebeldes. Unos minutos más tarde, entró Zuko aparentando naturalidad.

Un Amor Imposible. Zuko & KataraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora