XXXVII.

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[Baekhyun]

Las personas nunca saben lo que tienen hasta que lo pierden, lo sé, lo comprobé por al menos unos momentos.
Cuando me dijeron que Nathalia tenía que abortar, mi sueño de ser padre se había ido a la mierda, esa había sido la ves que lo había perdido todo; pero cuando me habían dicho que había aun un pequeño bebé en el vientre de mi novia, ahí lo tuve todo, tuve todo lo que necesitaba.

Yo no quería ser padre y mucho menos a penas a mis no tan pocos años de edad, pero aún soy joven, tengo cosas que hacer, tengo tantos lugares por visitar y una vida por vivir, que en realidad al principio había creído que esto de ser padre sería mi condena, pero conforme pasaba el tiempo, y miraba el vientre de Nathalia crecer, sentía a ese pequeñín cada vez más cerca.

Adoraba mis pequeñas charlas con mi pequeño bebé, me encantaba toquetear el vientre de mi novia para poderlo sentir aun más cerca de mí, y después de apenas unas semanas yo ya me encontraba encantado con la idea de ser padre, tener a alguien que quiera seguir mis pasos o al menos a alguien a quien amar incondicionalmente.

Pero siempre había un problema; Nathalia.

Sonaba mal decirlo así, pero es que esa era la verdad, Nathalia hacía que mi vida color de rosa a veces se tornara gris.

Solía quejarse mucho de las cosas, luego sus cambios drásticos de humor, recuerdo a penas unos meses de haberla conocido no era así, pero yo había caído tan bajo por ella que realmente no importaba.

Yo la adoro.

Nathalia se había convertido en mi luz del día en tan poco tiempo que hasta yo había quedado sorprendido, pero me ponía feliz. Ella aprendió a amarme aún así con mis defectos y jamás me reclamó por mis estupideces, jamás, al contrario; ella las hacía conmigo.

Cuando Taeyeon era mi pareja, las cosas eran difíciles, ella me reprimía tanto que hubo un momento en el que ya no sabía diferenciarme a mi mismo, verme al espejo era normal, reconocía mis facciones pero cuando estaba con ella, hasta me sentía en diferente cuerpo.

Ella era lo contrario de Nathalia, la chica de la que estoy enamorado me ha permitido ser libre, ser como soy, no me reprimía en lo absoluto, y lo mejor era que a ella eso le hacía feliz. Porque... ¿que mejor cosa que ser tu mismo y hacer feliz a otra persona con ello?

— Hola bebé~ —canturreé mientras entraba a la habitación del hospital donde se encontraba mi novia.

— Presiento que eso se lo dijiste a la o el bebito —me dijo Nathalia, haciendo un pequeño puchero.

— Te lo dije a ti —le dije, con una pequeña sonrisita mientras me acercaba a ella y le daba un pequeño beso, para luego mirar hacia el vientre de Nathalia—, pero a ti también, hola bebito~ —dije con ternura.

Miré a mi novia, quien estaba con su vista fija en el televisor, que ni siquiera se encontraba encendido.

— ¿Te pasa algo? —pregunté, por haberla notado un poco distraída.

— Baek —habló—, ya no quiero tener a este bebé aquí dentro, lo quiero en mis brazos y lo quiero ahora —dijo, frunciendo el ceño—, y a demás, me estoy poniendo gorda.

— Seis meses más, Nath —sonreí, plantándole un corto beso en la mejilla—, y ¿sabes qué? así te ves hermosa, aún así me dan ganas de darte otro hijo, no se de que te quejas.

Sonreí divertido cuando noté a mi novia sonrojar y desviar la mirada. Yo coloqué mis dedos bajo su mentón y la besé, delineando sus finos labios con mi lengua, y riendo cuando ella me había apartado con su rostro enrojecido.

A pesar de todo [EXO Chanyeol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora