Las noches pasan tal cual la melodía de la penumbra, avanzando lentamente sobre el crepúsculo de la vida, y en ella tantos seres se extinguen al unísono del fresco grito de terror ante la oscuridad, la sensación de mezclarse en ella.OH, que sentimiento tan empedernido a exterminarnos.
No importan tanto, solo requieren de un habitante recurrente, y ese soy yo, el caballero de la penumbra. Hastiado camino cada una de esas noches sin estrellas a mi pesar, y vivo el día a día anhelando un fin digno, que seguir existiendo en tal dimensión. Son tan solo deseos de un hombre deseoso de vivir, que acabo luchando en los peores ocasos, sintiendo, añorando cumplir sus sueños, que idiota.
Y sigue, y sigue el vaivén de su andar refregando sus oídos en el réquiem de sus acciones, de sus esperanzas, oh pobre de el, curiosa criatura que nunca encontrará la felicidad como tal, pues no ha de aceptar en el la idea de la ilusión. Tal vez el se desvanezca en la bruma de la oscuridad, no obstante, el la conoce, y descifra, lo vuelve en un erudito, sediento de más. Oh, adicto a la oscuridad, coexistes con ella y te alimentas como bestia desesperada, cuanta moral ignorante ser, que siendo el, es mas hipócrita que su propia sociedad. Amas o no la ilusión, decídete, enajenada criatura.
Deja de atiborrarte de sensaciones, todas falsas, todas reales, que caso tiene, ya te ahogaste en el vaivén de la oscuridad, sin salvación ondea tu cuerpo en las olas de la locura. No encuentro ni mis pies, ni mi cabeza, cuanta oscuridad, ahora ya no es parte de mi ambiente, es parte de mis adentros. Estoy pudriendome, no puedo parar, no puedo pedir ayuda, soy una bestia, temida y azotada. ¿ Que puedo hacer?," no lo se", responde mi nueva compañera de cabezera. Y le respondo," callate, putrida bocaza, que me tientas a vomitar mi ira y locura con mi amarillenta bilis". Cuantos sentimientos, a mi vuelven, rezagados por el brillo opaco de mis heridas.
Fuego!!, nace de mi fuego, mi cuerpo se enciende en llamas, mientras vómito mi bilis y tal cual el magma destroza la silenciosa paz de la oscuridad, manchandola de tintes rojizos, arrebtandole su pureza, ahora solo siento en mi el ardor de la batalla, pero no es pasión, es sufrimiento amando al odio. ¿Ira?, ¿eres mi verdadera mesías?
"No, solo estoy acá para divertirme de ti, estúpida criatura".
Limbo, me acaban de traicionar, hasta mis sentimientos más primitivos no lograron cumplir lo prometido, ni mi ira, que solo se regodea de la mente que la concibió, que buena descendiente, se divierte de su progenitor. No puedo escapar.
"Por fin lo entiendes, caballero desolado, acepta tu destino".