Me ha dicho cosas raras, sí, pero la de hoy me ha sorprendido.
He aceptado que hiciera comentarios sobre la gente con la que hablo, me relaciono o simplemente tengo agregada en alguna red social. ¡Incluso he permitido comentarios sobre mi ropa¡ ¿¡Pero esto!? Esto es diferente.
Empiezo a repasar todo lo que ha sucedido, paso a paso, y no encuentro ningún gesto o frase extraña, solo me lo ha dicho como si fuera lo más natural del mundo, lo que es costumbre entre nosotros Y NO LO ES.
Estábamos sentados en el sofá hablando como otros muchos días que hemos quedado en mi casa.
–No creo que eso sea normal –respondió entre risas.
–¿Quién eres tú para decir si es normal o no? –le reté alzando una ceja. No iba con mala intención, los dos sonreímos a la vez. A lo mejor su sonrisa fue un poco fingida, como una mueca pero no importa ya.
–Yo no soy nadie, solo pienso que ir al cine en una tarde soleada como hoy es una tontería –. Vale, esto no me pareció raro cuando lo dijo pero ahora que lo repaso...¿Y si solo lo decía porque no quería ir al cine? ¿Y si, lo que quería de verdad, era no hacer lo que yo quería y hacerle caso? Quizá mi mente estaba llegando demasiado lejos pero era incapaz de distinguir lo que es una conversación normal y lo que en su mente esta dicho con otra finalidad. Me siento como una psicópata.
–Bueno, ¿y cuál es tu plan? –pregunté sin que desapareciera mi sonrisa.
–Si quieres podemos ir a tomar algo a alguna terraza.
El plan me pareció bien así que le dije que iba a cambiarme porque hacía calor-no me extraña, llevaba una sudadera- y cogí una falda floreada que me había comprado hacía 2 días. Menos mal que me había depilado el día de antes. Sinceramente, pienso que depilarse es una mierda pero no quiero ver la cara de asco de Carlos.
Tras maquillarme un poco surgí, con una gran sonrisa tras mirarme en el espejo y sentir que era preciosa, al comedor donde me estaba esperando Carlos con las manos en los bolsillos.
–¿Y esa falda? –preguntó mirándola con una cara inexpresiva. No pude descifrar su mirada así que no me evadió.
–Me la compré el otro día, ¿te gusta?
Ahora su mirada se clavó en mis ojos. Mi sonrisa se fue desvaneciendo al ver como su cara mostraba una expresión fría y de desaprobación.
–No me gusta. No creo que sea adecuado que salgas a la calle con eso, te van a mirar todos.
–¿Y? No estoy haciendo nada malo, que miren si quieren –.Esto es nuevo para mí ¿qué no es adecuado? yo te diré si es adecuado o no..pensé.
–Pero mírala, es abierta por los lados. Cari, no me gusta que la gente pueda ver lo que es mío.
Vale, en ese momento fue cuando exploté, ahí es donde se pulsó el botón rojo que provocó una erupción de rabia en mi interior. Lo peor fue que lo dijo con la tranquilidad del mundo y eso a mi me molestaba más que si lo hubieta dicho gritando, porque por lo menos podía pensar que era cosa del enfado.
–¿Lo que es tuyo? ¿¡Perdona!? Si no te gusta, te jodes. Yo voy a salir así a la calle y quiero que te vayas de mi casa porque tú no vienes conmigo.
–Eres una histérica, tú me has preguntado si te gustaba y ahora me estás echando de casa. No eres normal. De verdad que flipo contigo.. –.Abrió y la puerta y pegó un portazo mientras mis lágrimas se resbalaban por la tela de la falda que ha detonado el enfado, por la falda de mi libertad.
Estoy sentada en un banco del parque repitiendo una y otra vez la discusión sin parar.
¿De verdad soy una histérica o no soy normal como me ha dicho?
Me siento extraña, no puedo ordenar los pensamientos de mi cabeza ni entiendo por qué estoy dudando entre creerle a él o creerme a mí misma cuando sé perfectamente que mis pensamientos están por encima de todo.
Tras los tres años de relación, nunca me había pasado esto y ahora no sé reaccionar porque veo que la persona con la que ha compartido los mejores momentos de mi vida ha actuado de un modo que nunca había visto en él y no sé si esto se va a repetir ni si es algo pasajero o si es permanente.
Estoy planteándome si he sido muy dura con él cuando las lágrimas vuelven a mi. ¿Por qué soy tan tonta? No he sido dura, es lo que se merece. Él ha empezado y su respuesta ha sido peor aún. He hecho bien en no permitirle que controle mi ropa.
¿Y qué pasa con nosotros? La pregunta pasa varias veces por mi mente como si buscara ansiosa una respuesta pero yo la sé perfectamente: no voy a estar con alguien que me trate así.
Cojo mi bolso y me dirijo a mi casa. Mi mente sigue siendo un lío pero sé que voy a ordenar mis pensamientos y ,algo que tengo muy claro, no voy a permitir que nadie me trate como él lo ha hecho.
Estoy decidida. Llego a casa y recibo un mensaje de Carlos en el móvil. Solo leo lo primero 'Perdón..' y es suficiente para que apague el móvil y me distraiga con un libro.
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Esto ES machismo
Teen FictionUna historia de amor dañina, una lucha por saber qué es lo normal y qué se encuentra en la línea peligrosa. ¿Amor? Ya no sé lo que es eso. No entiendo cuando empezó todo y no veo cuando acabará. Busco una salida sin saber por donde he entrado. Quiz...