Sakura's Voice

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El sonido de metales chocar con brusquedad al suelo me hizo reaccionar. Abrí lentamente mis ojos que parecen reacomodarse a la tenue luz de la noche que se aproxima. –¡Alguien llame a una ambulancia!– escuche un grito de alguien, pero yo me siento bien. Por fin logro enfocar bien y... ¿De dónde viene esta sangre? Abro mis ojos a su totalidad al ver alguien que yace inmóvil en el pavimento.

–¡SAKURA!

No puede ser ella... tengo que levantarme para ir con ella, pero mis piernas parecen no querer reaccionar, como inútiles gelatinas sin fuerza. Logro llegar a su lado con un par de tropiezos y a penas si puedo distinguir los colores pastel de aquel atuendo manchado ahora de rojo carmesí... caigo de rodillas a su lado mientras las lágrimas empiezan a brotar y recorrer mis mejillas... ¿por qué?... esto no tenía que pasar de esta manera... se suponía que todo sería diferente esta vez. Con un suave movimiento de mi mano muevo un par de mechones de cabello que yacían sobre su rostro y... ¿Eh?, ¡Está abriendo los ojos!

–Estás bien– me sonrió con aquella dulce sonrisa.

–¡Sakura!– le grite y quise abrazarla pero... no puedo tocarla... no sé de donde viene toda esa sangre –¡Te pondrás bien! verás que todo...

–No– dijo negando con su cabeza suavemente a los lados –Esto se supone que tenía que pasar...

–¡¿De qué hablas?!– le grite molesto. ¿Cómo puede decir semejante locura? –¡Claro que no!

–Syaoran– me habló con tanta tranquilidad que me perturbó, y ahí lo supe... supe que se estaba despidiendo –Ya verás... que todo estará bien...

–No... ¡Sakura!

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La noche fría cayó y vi como aquella bolsa negra la envuelve para dar por sentado un trágico accidente; así mismo, el mismo sentimiento de soledad y de tristeza me abraza con fuerza. Escucho murmullos por doquier y sé que la sonrisa de mi rostro se ha desvanecido para no volver... no importa lo que haga, al final de cuentas...

–...El destino está escrito en roca– me digo a mi mismo. ¿Uh? Una sutil risa parece sobresalir de todo el bullicio y ajetreo a mi alrededor. Busco con la mirada y a lo lejos logro ver a la bruja Yuko, quien se mantiene con una sonrisa en su rostro apartada de todos. Una mirada de odio y rencor se poso en mí ¡¿Qué demonios le sucede?!, ¡¿Acaso todo esto le parece gracioso?! Camino hacia ella quitando del camino a todo quien se me atraviese.

–¡Tú lo sabías!– le reclame con una ira desmedida.

–Joven mago, te lo dije, alguien estaba predestinado a morir y eso no iba a cambiar.

–¡Alguien murió!– grite con lágrimas en mis ojos.–¡La persona de la sala de proyecciones, él...

–Tonto e ingenuo Li Syaoran– sonrió de nuevo –Te lo dije, se repetiría este día tal y como se daría cada hecho según como pasó hoy. Esa persona estaba predispuesta morir hoy.

–Espera, eso quiere decir que...

–Esta persona había muerto el mismo martes 29 que tú viviste por primera vez, pero claro eso no lo sabías. Todo siguió su transcurso natural, al menos hasta que se interrumpió la muerte del día de hoy.

–¿De qué hablas?

–Joven mago, ella no estaba predestinada a morir hoy... eras tú.

Sentí por un momento que vomitaría de lo mareado que me sentía. Todo a mí alrededor empezó a dar vueltas y sentía como si de repente me hubieran tirado a un precipicio por el vértigo que invadió mi cuerpo.

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