La Psicología Del Amor

Capítulo 3.

Grecía.

Después de no sé cuanto tiempo, entra Laurel.

Laurel: ¿Qué te pasó?

Grecía: no te preocupes estoy bien.

Laurel: no me engañas, ese guapetón que salió te puso así de triste ¿Cierto?. -sonríe mientras se sienta-

Grecía: no, jajaja, no te preocupes.... ¿Qué horas son?

Laurel: son las 12:30, ya estoy lista para irme a casa, solo vine a despedirme.

Grecía: ¿En serio? ¡Ay! Llegaré tarde a recoger a Lex, nos vemos en la tarde. -me despido con un beso en la mejilla, tomo mis cosas y me voy lo más rápido posible.

Cuando llegue era tarde, Lexy no me habló, estaba enojada conmigo.

Mientras la llevaba en mi moto a casa, no podía dejar de pensar en el pasado.

Antonio me conoció en el baño de mujeres en la secundaria, me ayudó, cuando mi hermana me llevo a casa le conté lo que pasó y pregunte quién era aquel chico.

Atenas: es guapo ¿Cierto? Pues él es muy popular, salí con él un tiempo.... bueno ya estoy lista. -me dijo mientras tomaba su bolso-

Grecía: ¿Irás a otra fiesta?

Atenas: sabes porque lo hago, yo ya estoy pérdida, tú no. -se fué y quede pensado en todo-

Ella quería que yo fuera psicóloga, porque a ella le gustaba, pero no lo sería porque era "chica mala" siempre con novios malos, siempre en fiestas, todo con tal de llevarle la contraria a mi papá, ella decía, que por su culpa mamá murió y él, la culpaba o eso pensaba ella.

Desde ese día Antonio y yo empezamos a vernos después de clases en la biblioteca, donde nadie nos viera.

Empezamos a conocernos, empezó a gustarme y ni siquiera me importaba que no quería que nadie nos viera juntos o que él me ignoraba frente sus amigos. Al final del día estaba para mí, era dulce, atento y podía ser él mismo sin prejuicios.

Era duro y fui bastante torpe al no valorarme y que no me importaba que me hiciera bromas con sus amigos, solo me importaba que cuando estaba sola con él yo podía ser yo misma y no quien querían que fuera. Había empezado a depender de él más de lo que jamás pensé. Estaba sola sin él y ahora que lo veo como adulta, es vergonzoso.

Mi papá me cuidaba mucho quería que no me "dañará" como se dañó Atenas. Sus tratos hacía mí eran los de un padre sobreprotector, al punto que no tengo recuerdos de haber jugado con otros niños. Siempre me dio lo que quise, fui su consentida pero, a la vez, su pequeña prisionera que protegía del mundo. Afortunadamente, logré persuadiarlo de dejarme estudiar en un instituto y dejar de estudiar en casa. Por otro lado, Atenas quería que fuera lo que ella no sería, todos querían que fuera buena, siempre excelente.... Antonio quería que yo fuera yo, él me aceptaba como yo era. Al menos, eso era lo que decía en privado.

Pero.... inmediatamente.... llegó el recuerdo de aquella noche.... donde él y sus amigos marcaron mi vida...