Y sí, quizás no tenga todas las respuestas. Quizás me equivoque, puede que sufra también. Pero aún sea el mayor de mis delitos y la más grande de mis locuras, quiero amarte como nunca lo he hecho. Precisamente, quiero que me enseñes como hacerlo. Y sí me rompes el corazón, qué más da? Valdrá la pena por cada minuto contigo. No quiero tener un título, ni que andemos de la mano, ni decirnos cosas al oído, no quiero canciones románticas, ni celos, ni compromisos, no quiero lágrimas, ni dramas tampoco detalles, no los necesito. No quiero que me presentes a tus amigos, ni me importa si estás con otras porque al fin y al cabo, quererte es lo único que tengo permitido.
No quiero conocer tu familia, ni salir a cenar, no quiero hablarte todos los días, ni tú me escribes ni te escribo. Sólo quiero que me dejes quererte y por un segundo mientras estemos juntos sentir que eres sólo mío y yo sólo tuya. Poder sentirte en un suspiro. Acariciarte, besarte, y cómo no? Amarte. Vivir aventuras, crear historias, sacarte muchas sonrisas porque si hay algo que me gusta de ti es la forma en que sonríes. La forma pícara e inocente me atrevo a decir, en la que me miras. Quizás no te conocí en el momento que esperaba, pero así son las cosas, nos adaptamos poco a poco. Al igual que me he adaptado a ti. A tus palabras extrañas, a tu sentido del humor, a tus momentos de madurez y al mismo tiempo a tus juegos y tus ñoñerias. El haberte conocido fue uno de mis mayores logros, porque realmente no sé cómo puedes ser tan perfecto sin intentarlo. Y si tengo que arriesgarme, si tengo que hacer cosas nuevas hasta ganarte. Pues mejor! Porque eso es justo lo que quiero hacer contigo, descubrir nuevas cosas, descubrirte a ti.
Quizás jamás llegue a tenerte, quizás ni voltees a mirarme, quizás y sólo quizás nunca llegues a amarme. Pero entonces, quizás algún día voltees y quizás yo esté ahí, como siempre he estado. MirándoteNada más hermoso como el sonido de tus latidos acorde a las olas del mar. Como ese toque mágico y a la vez, tan real. Como esa chispa que te quema pero trae paz. Y así es siempre que te veo, con esos ojos canelos como tú pelo y ese olor tan exquisito como el mejor de los manjares. Eres ese alguien que todos queremos pero muy pocos tenemos.
Tienes ese toque en tu mirada que me hace desear tenerte, pero todo de ti me dice lo contrario. Me dice que no puedo quererte, que no lo mereces, que no es necesario. Si pudiera pedir un deseo, pediría que por un momento tú no fueras tú y yo no fuera yo, para desenfrenarnos apasionadamente sin control.
Pero caigo en cuenta que vivimos de realidades, no de ilusiones. Y estamos expuestos a desilusiones. A envenenarnos con algo llamado amor. No tiene principio, no tiene final, y no tienes opción.
No se si lo que siento cuando te veo son nervios, pero pienso que es el empujón que me da el cuerpo para que me acerqué más a ti. Y te juro que lo intento, pero cada ves estás más y más lejos de mi. Realmente no es lo que quería, quiero que tengas esa necesidad de verme todos los días. Debo entender que eso es lo que me toca, verte feliz, atento y cariñoso... Pero con otra.
El amor es volar, creer, reír, soñar. Pero cuando no te corresponden esa bofetada te trae devuelta a la realidad. Donde los sentimientos valen verga y te sientes como la mierda. Respiras profundo tratando de controlar las lágrimas que comienzan a asomarse, así como también tu amor comienza a cansarse. Entonces todo aquello con lo que un día soñaste se empieza a desvanecer. Y las mariposas que antes tenias en el estómago no quieren crecer. Es como si el mundo te estuviera explicando que lo dejes ir, pero somos masoquistas y queremos seguir.
Sientes como que ya nada importa, porque es duro saber que antes de quererte se interpuso otra. Qué cada escena romántica que tenías en la cabeza, se vuelven pesadillas que te atormentan. Y ahí es cuando te culpas y piensas ¿En qué he fallado? Sólo porque tú amor no fue consumado. Lo triste es que te llenan de palabras bonitas, te seducen, te hacen sentir maravillas. Están perfectamente entrenados, lo que te dijo a ti, se lo dice a otra en otro lado.
Te sientes como una estúpida por haber caído en su juego, pero eres más que eso, eres un asco de persona por creer que te quería y no a otras. Y pues, es como si te clavaran una daga en el pecho, caíste en cada uno de sus tontos cuentos. Y esa sonrisa con la que te volvía loca, dan ganas de llorar cuando la usa con otra. Esa mirada de lástima que tiene contigo, duele más que te acuchille el enemigo.
Otras veces también quisiera amarrarte, así no podrás de mi escaparte. Acaso no entiendes lo que quiero contigo, simplemente no me conformo con que seas mi amigo. Me confundes con cada una de tus palabras, lo que dice tú boca, me lo niega tú mirada. Haberme enamorado ha sido más un reto que una experiencia, porque quizás para ti no tengo la apariencia. No se hasta cuándo disimularemos, sé que algo sucede aunque lo neguemos.
Sólo quiero una noche contigo, que seas mi maestro, es mucho lo que pido? Quiero que me cuentes tus experiencias, prometo tener paciencia. Y si después de compartir la cama conmigo, quieres seguir tu destino, no tengo problema en seguir mi camino. Quien sabe y más adelante nos reencontremos, y para entonces poder decirnos lo de que sentimos.
Pues podemos negarlo hoy, mañana o quizás el mes próximo, pero cada día la vida nos afirma con hechos, con sucesos, que realmente vale la pena darnos una oportunidad. Que no vamos a arrepentirnos, ni a destruirnos, sólo a compartir mutuamente la felicidad.
Tu voz es mi perdición, la forma sensual en que acaricias, palabras que quisiera que me digas al oído. Tus labios son mi martirio. Tus ojos, casi lo olvido, hacen el conjunto perfecto amado mío. No creo que te hayas dado cuenta de lo especial que eres, inteligente, apuesto ¿que más quieres?