-Buenos días.
-Hola. - respondo igual de frio que ellos - Adelante. - les abro la puerta del todo y la cierro cuando están dentro. Menudos señoritos.
Recuerdos de la primera vez que los vi me invaden la mente. Fue hace varios años y me hizo mucha risa que fueran clavados a dos actores de la serie Caso Abierto. La piel oscura de uno contrasta con la pálida del otro, como también lo hacen sus cuerpos, enorme el del primero y delgado el del segundo. Ese contraste me recuerda mucho a esos personajes de aquella serie que veía con ella. Era su favorita... Eso si, de sus nombres no me acuerdo. Ni de los reales tampoco.
-Bienvenidos, ¿cómo estáis? - les recibe mi abuelo muy servicial, aunque se que por dentro les esta poniendo finos y no muy sutilmente que digamos - Sentaos, por favor, poneos cómodos.
-Antonio, déjese de formalismos. Ya sabéis como va, ¿verdad? - nos pregunta el morenito.
Anda, pero si los dos son como los conguitos: blanquito y morenito.
James, esto es serio. Deja de decir gilipolleces o búscate otra consciencia.
-Sí, claro. Rubén, ¿puedo hacerle una pregunta? - con esas palabras mi abuelo hace que se me erice el vello y no tengo ni idea de por qué.
-Pregunte. Sergio, saca las carpetas. - ordena el morenito al blanquito. Ya se me sus nombres y quien domina a quien.
-¿Cuándo van a dejar de venir aquí? Quiero decir, siempre son bienvenidos pero tanto ajetreo no me va nada bien. ¿Sabe una cosa? Me ha subido el colesterol y el estrés no sienta bien para reducirlo.
Buena esa, Abuelo.
-Antonio, créame cuando le digo que a nosotros tampoco nos gusta venir aquí. Tomen, rellénenlos como siempre mientras nosotros inspeccionamos la casa.
Joder, tantos formalismos me ponen nervioso. ¿Por qué se hablan de usted si se conocen de sobra? Deberían saber el asco que se tienen mutuamente, yo incluido. Los conguitos me ponen nervioso.
A ver, James, piensa, aunque te sea difícil. ¿Has dejado algo por ahí que pueda ser ilegal o perjudique al Abuelo y sus historietas?
Mm... Mis calcetines pueden atrofiarle un poco las fosas nasales y, por qué no, los pulmones, pero de ahí a ser ilegal...
Mierda. Su foto. No, nuestra foto.
Mierda, mierda, mierda.
Si la encuentran, me preguntarán quién es la niña a la que estoy abrazando. Joder, juro que como la rompan les parto la...
-James, escribe, vamos. - el Abuelo consigue sacarme de mis pensamientos con sus órdenes. ¿Hoy se han puesto de acuerdo para ordenar a todo el mundo o qué?
Mis manos captan su mensaje y empiezan a responder las mismas preguntas de siempre en aquel papel amarillento.
-James, ¿podrías explicarnos esto? - pregunta el morenito entrando en el salón, justo cuando acabo de rellenar la última página. Mi pulso se acelera al ver la foto - ¿Quién es ella? ¿Esta foto de que año es?
Venga, James, usa la cabeza para algo por una vez. Y rápido.
-No se el año exactamente, tendría unos siete años. Ella es... una vieja amiga. Sus padres conocían a los míos y, bueno, en la infancia jugábamos juntos. Vivíamos al lado.
-¿Cómo se llamaba? ¿Lo recuerdas? - me sobresalto cuando oigo esas preguntas con la voz del blanquito. Anda, pero si sabe hablar.
-Mm... Anna. Creo que era Anna. - el nombre pasa por mi garganta como papel de lija y tengo que levantarme a por un vaso de agua.
-¿Y por qué la sigues guardando? ¿Es muy especial para ti esta foto? - esta vez es el morenito el que sigue con la tanda de pregunta. Entrometidos.
Casi me atraganto con el agua pero consigo controlarme y todo queda en una pequeña tos.
-No mucho, - joder, me voy a destrozar la garganta con tantas mentiras - aunque es el único recuerdo que tengo de mi infancia. Nos la hizo mi madre, así que algo de especial tiene.
-Está bien, toma. - responde el blanquito dejándome la foto en la mano.
Blanquito 1 - 0 Morenito
Me la guardo en el bolsillo trasero de mi pantalón y sigo escuchando todo lo que dicen, aunque cuando me doy cuenta de que no van a hacerme más preguntas por hoy, me limito a recordar esa foto.
Claro que es especial para mí. Es el objeto más valioso que tengo, tienen suerte de que no les haya partido la cara por haberla siquiera mirado. Ella sale monísima, como en todas las fotos que se hacía, aunque se empeñara en negarlo. Por suerte, los conguitos no la han examinado muy a fondo. Ese día de verano fue emocionante para ella: la primera vez que bañó en el mar. Aun recuerdo las carcajadas que salían de mi boca cuando se puso roja de ira por haberla llevado en brazos hasta el agua, o cuando se rebozaba como una salchicha por la arena, que se quedaba pegada a su pequeño cuerpo mojado.
Una sonrisa se dibuja en mi rostro inevitablemente.
Necesito encontrarla.
-James, ¿me escuchas?
-¿Eh? Sí, sí. - recorro el salón con la mirada - ¿Ya se han ido?
- Sí, ¿en qué estabas pensando? - parece que el Abuelo se ha unido al interrogatorio. Genial.
-En nada. - me levanto y me encierro en la habitación.
La tarde transcurre al ritmo de siempre. Me dedico a recordar viejos tiempos tumbado en la cama y, seguidamente, a pegarle a las paredes y a los muebles para calmar la impotencia que siento ante esos recuerdos. Parece que en se bucle consiste mi puta vida.
Sobre la una de la madrugada decido que es hora de irse a dormir, pero no sin antes coger el móvil y acoger a la pequeña y nueva criatura a esta bonita ciudad. Marco el número del Enano y lo llamo con número privado. Protesto cuando salta el buzón de voz y vuelvo a intentarlo. A la tercera, que se supone que va la vencida, alguien contesta. Supongo que él:
-¿Qui-quién? - pregunta tartamudeando una voz gritona y aguda.
Me aguanto la risa y empiezo a respirar profundamente y muy alto.
-¿Ho-hola...?
Mm, genial, ya esta asustado. Sigo haciendo lo mismo y, antes de cortar, doy un golpe en la mesa. Suelto una carcajada cuando el teléfono deja de comunicar y me tiro a la cama
Ya lo tengo acojonado.
En pocos minutos, caigo en los brazos de Morfeo, con la imagen de ella y sus ruegos ocupando por completo mi subconsciente.
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Él, Ella Y Él
Teen FictionMiro hacia abajo y mi cuerpo empieza a responder por mí: primero subo una pierna, me agarro a la barandilla y subo la otra. Me quedo con los pies colgando bajo la nada, replanteándome si seguir aquí, jodiendo a la gente, o si hacerles un favor a tod...