[Supongo que os habréis dado cuenta de que el narrador no es muy... serio. Bien, os aguantáis]
Mi nombre es Lez. Soy solo un simple soldado de veintitrés años. Pertenezco a un equipo especializado y formado para operaciones de reconocimiento. En realidad, en mi equipo, la mayoría son científicos. Estos listillos que le buscan lógica a todo. Yo soy, según ellos, uno de esos tontos de gatillo fácil. Yo soy quien ha de intervenir en conflictos, y no como mediador, por así decirlo, soy su defensor. Yo soy quien evita que la palmen si hay algún bicho alienígena alocado que se encuentre en cualquier zona de investigación e intente arrancarles la cabeza y comerse sus ojos.
Por lo que sé, somos seis. Un monje hippie. Una asesina, sexy pero muy estrecha. Un bruto de pocas luces, es compañero mío, otro de los de gatillo fácil. También está un programa informático, posiblemente lo más inteligente que haya visto en toda mi vida. Y por último estoy yo. Ahora estaréis diciendo "Eeeeeh, que sois cinco". El caso es que aun no conocemos el sexto miembro. Creo haber oído que no es ningún ser humano. "Es algo extraño de explicar" me han dicho. Espero que no nos metan a ninguno de esos bichos extraterrestres ni otro programa de esos.
Supongo que para el primer diario es suficiente así que... FIN.—¿En serio tengo que hacer esto todos los días?—Pregunté yo un poco extrañado
—Así es,— me contestó la capitana Amnes.Esa mujer es muy rara y seria. Da... mal rollito.
Me indicó el camino para salir de la sala y así reunirme con el sargento Andersom, quien nos guiaría y coordinaría para nuestras futuras misiones. En unos minutos llegué a la sala de reuniones. Allí encontré al resto del equipo. A algunos les había visto anteriormente desde fuera de sus salas de perfeccionamiento.
Emma, era la sexy mujer. A pesar de parecer una puta, era muy inteligente, y pertenecía a ese sector del equipo, el de los científicos, aun así, en casos de acción, ella intervenía también. Selek, el monje, al parecer, siempre tenía los ojos cerrados... rarito. Thomas era el otro soldado. En una pantalla se podía ver algo similar a una cara humana, si te acercabas mucho verías una gran cantidad de unos y ceros que formaban ese rostro, el rostro de D.I.O.
Tras media hora de espera y de un silencio incómodamente incómodo, llegó el sargento Anderson. Acto seguido de su llegada, se dispuso a hablar.—Saludos a todos, soldados...
—No todos somos soldados—interrumpió y corrigió a la vez Selek.
—Soldados,—insistió—bienvenidos a la primera reunión de especialistas en misiones de reconocimiento.
—¿Ese es nuestro nombre? Muy original ¡Viva la puta originalidad!
—Todo tipo de nombres molones ya se habían cogido.—excusó Anderson.—Continuemos. El caso es que sabéis muy poco y debéis aprender bastante.
—¿Bastante de qué?—preguntó Thomas
—De cómo llegamos aquí. De cómo llegamos a esta situación. Como no sé cuánto sabéis cada uno, empezaré desde el principio. Todo se inició en 1997, cuando se lanzaron los discos dorados, sí, mucho tiempo. El caso es que no se envió nada más para ver si esta misión tenía fruto. Y así fue. Se estableció comunicación y ellos nos proporcionaron tecnología como la suya para interactuar con ellos de una mejor manera. En unos años tras la llegada de la primera respuesta nos dirigimos a su planeta. Por las descripciones, son más altos que un ser humano que no juegue baloncesto. Son viscosos y su sureño se ve delgado, sin embargo, están muy acorazados y son capaces de sobrevivir en diversas situaciones climatológicas. Se les llamó Okons. Cuando se llegó a su planeta se inició el proyecto aislamiento. Consistía en eliminar esa raza y ocupar el planeta ya que fuimos tan gilipollas de cargarnos el nuestro. Los Okons llegaron a nuestro planeta y se establecieron allí pero se nos otorgaron las colonizadas, las naves donde nos situamos. Supongo que sabréis que Oceanía fue destruida. Por ello estáis aquí. Iréis en busca de nuevos planetas y vosotros seréis quienes se establecerán allí para ver si el ser humano es capaz de sobrevivir a sus condiciones.
—Espera, es decir que vamos a ir a otro planeta a invadir, igual que con los Okons.—resumí
—No exactamente. En este caso, si hay más razas, no serán eliminadas.—me corrigió el sargento.—Ya va siendo hora de que conozcáis a el último miembro de vuestro equipo. Espero que en el tema de originalidad, sea de su agrado.
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Regreso (objetivo la tierra #1)
Ciencia Ficción(En proceso) En un futuro muy lejano (cuando digo muy lejano es MUY LEJANO), la humanidad se ve amenazada por una raza alienígena. Se consigue escapar de la tierra antes de ser arrasada por esos seres extraterrestres. Un grupo de científicos y solad...