Capítulo 22: La ruptura.

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POV Lissa

-¿Y tú qué tal estás? ¿Cómo va todo por allá?-

Pero que pregunta tan más estúpida, a esto se había reducido mi relación con Christian, conversaciones insustanciales sobre temas triviales. Lo extrañaba demasiado pero por alguna razón que desconocía, las cosas entre ambos ya no eran las mismas, ni siquiera podía sentir ese cosquilleo que solo me producía su voz o presencia. Lo quería muchísimo, no tenía dudas al respecto pero ¿amor? No estaba segura de que pudiera seguir llamando de ese modo a lo que había entre nosotros, indefectiblemente algo se había roto cuando lo alejé.

-No me quejo, todo va bien supongo, Rose está cada día más grande y no ha habido novedades así que sí, todo en orden.-

Hubo un silencio incómodo que se prolongó demasiado para mi gusto, ambos sabíamos que teníamos una larga conversación pendiente pero ninguno de los dos deseaba ser quien la iniciara.

-Ok sabes, tengo algunos asuntos pendientes, creo que será mejor que vaya y ponga manos a la obra. Tú también debes estar hasta el cuello, con eso de que eres la reina que el mundo esperaba y todo eso.-

Su tono era diferente al que siempre había empleado conmigo, no era grosero ni nada pero si había un dejo de reproche en él; desde que tomé la decisión de pedirle que se fuera con Rose supe que se enfadaría demasiado pero que con el tiempo entendería mis razones, ahora parecía como si nunca fuese a olvidarlo.

-Christian, yo no quise hacerte daño, tenía que tomar una decisión y lo hice, necesitaba que estuvieras a salvo y...-

-Y no te importó un comino mi opinión. ¿Quieres hablar sobre eso? Perfecto, pues no te interesó si yo prefería estar a tu lado antes que "a salvo" como tú dices.-

-No es así como pasó, lo sabes...-

-¿En serio? Porque lo único que sé es que estuve junto a ti en cada paso desde que volviste a San Vladimir, siempre a tu lado, siempre demostrándote que estaba dispuesto a enfrentar cualquier riesgo. También recuerdo que no soy un chico indefenso que se orinaría en los pantalones ante un par de strigoi o moroi dementes. Ah sí, y recuerdo que éramos una pareja, que nos juramos amor, lealtad, confianza, honestidad y todas esas cursilerías que se dicen cuando se está ciego de felicidad.-

-¿Éramos?-

-Por favor Lissa, no finjas que te sorprende. Eres demasiado inteligente como para notar que las cosas han cambiado, que entre tú y yo se formó una distancia muy grande y no hablo de las millas que nos separan.-

-Lo sé, pero yo aún te quiero.-

Lo escuché inhalar profundamente y vaciar el aire con lentitud como lo hacía siempre que deseaba calmarse.

-Y yo a ti Liss, siempre te querré pero, honestamente, no creo que tengamos mayor futuro juntos.-

Me quedé pasmada, lo sabía, lo percibía, no había retorno, nuestra relación estaba demasiado dañada pero de solo imaginarlo a escucharlo directamente de sus labios había una gran diferencia.

-Christian, por favor. Sé que estás enojado y que has sufrido demasiado pero trata de entenderme. No puedes tomar una decisión así justo ahora, en medio de todo lo que estamos pasando, por favor, piénsalo un poco.-

-No estoy enojado, lo estuve al principio pero en realidad lo que más me causó tu elección fue decepción. Yo creí en ti, en mí, en nosotros, en que tomaríamos todas las decisiones juntos, en que me veías como algo más que un súbdito que necesita tu protección, que sabías que era fuerte y valiente pero es obvio que me equivoqué. Lo lamento pero sí, debo tomar la decisión ahora porque no tengo idea de lo que sucederá mañana y ya lo pensé bien, durante varios meses.-

Nada es eternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora