Carta única.- Un mes y 10 días posteriores

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Hoy he despertado, sin ti de nuevo.
Es tan gracioso la manera en que me miro en el espejo, esa manía de resaltar defectos que tengo.
La conocías, la conocías bien.
Ahora, justamente, es uno de esos momentos en que siento que te extraño como si no hubiera una vez más, por qué realmente no la habrá, sé que no.
Pero lo que nunca te dije es que... Te amaba, te amaba tanto como te odiaba, extraño todo sobre ti y no puedo creer que después de todo te siga queriendo.
Llamé una, dos, tres veces, me dijeron que estabas de viaje, me alegró ligeramente, necesitamos unas vacaciones permanentes, lejos la una de la otra.
Sigo volando, sigo volando sin rumbo, creo que ese es mi destino, pero ahora en mi corazón no hay nada.
No puedo con tu manera de voltear las cosas, de ponerme siempre contra la pared, nunca pude.
Tampoco pude con la costumbre que me hizo amarte.
Realmente te quise y creo que te sigo queriendo, pero no puedo seguir alimentando esto dentro de mi, ya no más.
Es imposible no extrañarte, trato de ser fuerte, como siempre, mi orgullo me abraza y me da las fuerzas que necesito para no llamarte de nuevo, y se lo agradezco, creo que es lo que más amo en estos momentos.
Yo también creo que lo peor de perder a alguien, es perderte a ti misma. No estoy dispuesta. No estoy dispuesta a perderme más, estoy demasiado lejos de mi, no puedo ni quiero alejarme más. Mi corazón sigue latiendo y me hace saber lo que necesito: que hay vida después de ti. Que aunque te amé con todas mis fuerzas y una parte de mi te quiere de vuelta, mi parte racional sabe que es mentira, que aunque me duela, sabe que no te quiere de vuelta nunca más, por la simple y sencilla razón de que todo lo que fue y lo que pudo ser, no será más.
Ahora hay una vacante imprevista dentro de mi, que trato de llenar con él, con sus manos, con su voz, con su forma de hacerme sentir suya, con la sensación que tengo cuando entierro mis uñas en su espalda y con su respiración en mi oído, con su cintura que sacude el mar y llega al fondo de mi intimidad.
Me pregunto si contando estrellas podré curar mi corazón ¿Tú qué opinas? Yo no lo sé.
¿Quieres más reproches? Aquí va otro. Jamás supiste como tratar a un ser como yo, complejo como el mar inexplorado y a la vez tan fácil de descifrar que te escribía lo que quería en una hoja de papel que ignorabas.
Me toca volar lejos, muy lejos como la infinidad, pues a la fecha lo conseguí superar, y no lo sé, quería que lo supieras ¡Hey conseguí olvidarlo! ¿Lo recuerdas? Las noches que lloré por las veces que me decepcionó, ¡Lo logré por fin! Ha llegado el momento en que verlo no duele más, en que no queda rastro de amor por él ¿Recuerdas que te dije que lo iba a olvidar? Lo cumplí, por fin.
Por fin puedo escuchar su voz sin suspirar, puedo verle sin sentirme tonta, puedo escuchar esas canciones sin llorar todo un mar. Quizá ahora sienta cierto rencor u odio porque bueno, jaja, yo soy una pequeña caja de odio, creo que eso lo sabes. Pero de una u otra forma estoy buscando la manera de quedar limpia, de ahogarme por completo en la lluvia para poder estar finalmente limpia.
Creo que todos los espacios entre nosotros son una lección, una señal más, de esas que nos dedicábamos a buscar en las estrellas, de que debimos dejarlo hace tiempo, por que yo soy un vaso de vidrio roto, que desgraciadamente te rompió también. Y me encargaré de mantener todos mis secretos para mí, para nadie más, los secretos que te conté a voces y que no quisiste escuchar.
Y ahora estoy a punto de dar el paso que no puedes tomar de vuelta, elijo soltarte, soltarte para sanar, soltarte para que seas libre y puedas seguir con tu vida, por qué si hay vida después de ti, hay vida después de mi.
I love you, goodbye.

La vida después de ti. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora