Busco a un jugador de fútbol americano

172 11 6
                                    

Han pasados dos meses desde que dejé el campamento, he estado en mi facción demoníaca donde me acogieron con los brazos abiertos en la casa de Avalon y Rose, que por cierto ya tienen un hijo de un año de edad, ese niño tiene algo especial, tiene el pelo plateado como su padre y los ojos rosados como su madre, por cierto yo soy su padrino, pero ¿que hace un padrino con su ahijado?, pero bueno da igual, ya va siendo hora de cumplir mi promesa a Konoha Sakuya no Hime.

- Recuerda que siempre tendrás un habitación - dijo Rose - ademas el pequeño Rin te ve ha echar de menos - dijo mientras el niño dejaba de llorar.

- No te preocupes no voy a tardar en llegar - dije mientras acariciaba la cabeza a Rin - lo que haré es ir a buscar a un semidiós, llevarlo hasta el campamento y volver para seguir con el entrenamiento para matar al Nue.

- te esperaré en la arena después de comer - dijo Avalon sonriendo.

En la facción ha habido algunos cambios como que ya no hay castillo si no que hay una casa de estilo clásico donde iban los heridos y los que no tenían casa, con los materiales del castillo se han creado casas y tiendas donde los demonios más mayores o los que no puedan pelear puedan trabajar, fundé una escuela para los hijos de los demonios que cuando al terminar tenían dos opciones, unirse al ejercito que si escogían esa opción tenían dos ramas atacantes o médicos, y la otra opción es hacer otra cosa como estudiar para profesor, arquitecto y otras cosas, la arena es parte de la escuele de atacantes del ejercito.

- Ya me voy - dije mientas creaba un portal al mundo humano - luego vuelvo.

Salté en el portal y fui a parar a un callejón de la ciudad de Tokio, Sakuya me dio un papel donde ponía donde tenia que ir, pero solo ponía "distrito residencial de Tokio bloque de pisos Natsu hana", se ve que la diosa es muy especifica, decidí ir por la calle hasta llegar al distrito residencial, donde solo había de dos plantas de altura, ningún bloque, en voz baja maldije mi suerte, precisamente hacia mucho calor ese día y yo iba vestido de colores oscuros, bueno yo he crecido dos centímetros, puede que no sea mucho pero ahora mido un metro sesenta y siete centímetros de altura, mi pelo estaba solo un poco más largo que antes ya que el flequillo casi me llegaba a los ojos, seguía llevando gafas de pasta y llevaba puesto una camiseta de color negro lisa, con pantalones baqueros negros y unas botas de color negro también, si Percy me viera ahora seguro que me diría que me he vuelto emo o gotico, lo cual no veo que tendría de malo, pero no soy ni emo ni gotico, la ropa negra entre los demonios es normal, pero bueno, os lo podéis imaginar, Julio a las dos de la tarde y con treinta grados al sol, porque en ese sitio no había ningún sitio donde hubiera sombra, tras estar caminando como un zombie por las calles del distrito durante cuarenta minutos logre encontrar el bloque de pisos Natsu hana, cuando lo vi me sentí como un niño al que le regalaran un nuevo juguete, entre y me sentí muy aliviado, tenían aire acondicionado, me acerque al señor de la recepción o portero y le dije.

- Disculpe, ¿sabría decirme el piso de Tony Smith? - le pregunté.

- Sí, planta tres piso quince - dije señalando las escaleras - perdone pero no funciona el ascensor.

- No pasa nada - dije mientras me maldecía a mi mismo (aunque no tenga sentido ya que no puedo estar dos veces maldito).

Me dirigí a las escaleras y subí hasta la planta numero tres, seguí el pasillo hasta el final donde había un cartel y un numero que decía "15 Tony Smith", llamé a la puerta y tras esperar dos minutos me abrió la puerta un chaval que parecía tener dieciocho años, tenia su pelo cortado al estilo militar de color rubio, sus ojos eran de un verde que me recuerda al bosque Aokigahara, tenia buenos músculos y me sacaba una cabeza de alto, llevaba puesto una camisa sin mangas y unos pantalones de camuflaje para la nieve.

- ¿En que puedo ayudarle? - me dijo con educación.

- Vengo de parte de su madre señor Smith - dije - ¿puedo pasar? - el asintió y yo pase y me quité las botas.

- ¿Quiere algo para tomar? - me preguntó y yo negué con la cabeza - bueno podemos empezar, soy Tony Smith, soy de Vancouber, mi padre es el coronel Smith de las fuerzas armadas y según me entere hace unos meses mi madre es la diosa japonesa de las flores y los volcanes, ¿no?.

- Así es - dije mientras me sentaba - yo soy Álvaro pero puedes llamarme Aru, soy hijo de Izanami diosa japonesa de la muerte y el infierno, su madre me pidió que viniera a buscarle y llevarle al campamento para que usted este a salvo y pueda entrenarse.

- No me llames de usted - dijo con tranquilidad - solo tengo catorce años, por cierto mi cumple años es el trece de Septiembre.

- ¿Tienes mi edad? - pregunté sorprendido - mi cumple es el cuatro de Agosto.

- Mi madre me dijo que vendría alguien fuerte - dijo Tony - perdón pero no preces fuerte.

En ese momento le mire a los ojos cambie el color y la pupila para que fueran como los de mi madre - Yo he matada ha muchos demonios, he sometido a un bijuu y poseo las siete llaves del yomi - dije y el se encogió - ¿te parece eso débil?.

- No señor - dijo mientras se levantaba - voy a coger mi bolsa.

Tardó solo unos instantes, se nota que su padre es del ejercito.

- ¿Qué clase de arma usas? - le pregunté al semidiós.

- Mi madre me dio unas agujas ilimitadas para encargarme de monstruos en mi viaje a Japón - dijo mientras sacaba un aguja de diez centímetros de longitud.

- Me vale - dije - venga vayámonos al campamento Sengoku, hogar de semidioses japoneses y donde conocerás a tu familia materna - dije y él sonrió y me siguió hasta la puerta.

El Niño Prohibido: La Isla EspejismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora