2-Pruebas

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  Después de que nos dijesen que éramos la salvación de la humanidad, a muchos se le subieron los humos. Yo, por mi parte, sigo pensando que esto de huma-rob no es buena idea, es muy cutre, y para colmo, se creen que nosotros podremos salvar a toda la humanidad. No me creo esta patraña, algo me dice que buscan algo más en nosotros.

  [Tranquilos, eso eran simplemente impresiones mías]

  No llevamos mucho con las pruebas, a penas hoy es el primer día. Me encuentro ahora mismo en la sala de pruebas, es fascinante.
  No tengo mucho que decir, solo que no parecen ser muy complicadas. Este tema de los huma-rob... menuda patraña.
  Fin del diario.

Bien, gente, vamos a superar estas pruebas de mierdecilla y vamos a descubrir qué tenemos que hacer para Anderson.
—¿Y tú decías que nosotros teníamos los humos subidos? Imbecil.—comentó Emma.
—Bueno, vamos a calmarnos.—interrumpió Selek

  Selek... Selek... ese monje robotizado, en realidad, él era quien más aspecto robótico tenía, sin contar a D.I.O, que ya era un robot literal. El tío era capaz de levitar todo el rato mientras se mantenía sentado como si estuviese en el suelo. Siempre actuaba de forma serena y astuta. Si el proyecto sale bien, él habría hecho gran parte del trabajo, pienso que él es el único capaz de mantenernos calmados y unidos.

  —Tenéis que escoger una sala, no os preocupéis, todos acabaréis haciendo las mismas pruebas.—explicó Anderson.
  —Me pido primer.—dije yo mientras apartaba a Emma con la mano y aprovechando para rozar uno de sus pechos.—Escojo... la puerta verde, mi color favorito.
  —Además de imbecil, infantil.—atacó Emma
  —En el fondo, sabes que no vivirías feliz sin mí.
  —Si, en el fondo me gusta insultarte.

  [Qué maja es Emma. Discutimos y tal, pero me gustaría tener una buena relación con ella. Formaría una parte importante en el equipo... aun que... creo que todos la formamos. En realidad, lo que no me gusta es el proyecto, pero ellos... ellos me caen bien. Pensad en cómo empezamos a llevarnos bien en tan poco tiempo, eso fue bastante satisfactorio, solo falta por integrarse mejor ella...]

Entré en la sala, allí, pude ver una especie de silla. En ella se encontraban unos cables. En nada, supe de qué se trataba. Obviamente, iban a manipular mi mente. Pff, la originalidad.
Emma fue a la sala roja, allí se realizaba un circuito de obstáculos.
Selek, el azul, relajación y profundizar la mente.
D.I.O, se fue a otra sala en la que realizarían una prueba similar a la de Selek. Solo ella haría esa prueba.
Ma-Ko, una prueba de destreza.
Thomas hizo una prueba de lucha cuerpo a cuerpo.

En unas horas terminé la primera prueba, me trasladaron a otro mundo. Era desértico, a lo mejor era la propia Tierra, tal y como se encontraría actualmente. De repente, vi una luz, era de color azul, muy brillante. Notaba como se acercaba, a su vez, el viento cada vez era más imponente y fuerte, podría arrastrarme. Me resistí. Poco a poco, se desvelaba una nave espacial, bastante pequeña, no era de colonización. Al aterrizar, la rampa de salida permitió que un grupo de Okons saliese. Esa fue la primera vez que vi a uno. O algo así. En realidad, parecía un Okon, pero no era real, era mi imaginación. Era algo extraño y confuso de explicar. Cuando me vieron, lo primero que hicieron fue sacar sus armas, qué pacíficos. Yo estaba en desventaja, ningún arma a mi favor. He de admitirlo, dudaba. No sabía exactamente que hacer. Los Okons me apuntaban sin piedad, me intimidaban, sentía miedo, pero no podía quedarme quieto y dejar que me arrebatasen la vida a tiros. Lo que hice fue andar lentamente hacia ellos. Intimidarles, amenazarles... HACERLES DUDAR. "Yo soy más inteligente que ellos" me decía una y otra vez. Aumentaba mi velocidad. Corría directamente hacia ellos, ahora eran ellos los que dudaban. Uno se atrevió a disparar, yo era más ágil que la bala, más ágil que todas las que me dispararon. Tras esquivar por los pelos todos los disparos, me acerqué a uno de ellos, lo concedí un puñetazo en la cara haciéndole sangrar, su sangre era verde y viscosa. Le arrebaté su arma y concluí con un tiro en la cabeza de todos los Okons que quedaban.
Lo malo es que eso no fue el final de todo. Faltaban más aun. Un ejército de Okons se dirigía hacia mí. Solo tuve que hacer lo mismo. Disparé todo lo que pude. Desafortunadamente, la munición no es infinita, así que en alguna ocasión mantuve lucha cuerpo a cuerpo, en lo cual, Thomas es mejor que yo. Quedaban pocos, unos diez de ellos, me costaba creer que el resto habían palmado por mi culpa, me sentía como si fuese el puto amo. Uno de los diez restantes se abalanzó hacia mí. Yo reaccioné rápidamente y le derroté con solo un golpe. Mala suerte la mía que uno de los otros nueve también se molestó en atacarme y a ese no me dio tiempo reaccionar. Me tiró al suelo y saltó encima de mí, haciendo chocar mi cabeza contra el suelo y su pata. Logré evitar que se comiese mi cara pero aun no me lo quitaba de encima. Cuando quise darme cuenta, los otros Okons se acercaban. Volví a sentir miedo. "Yo soy más inteligente que ellos" me repetí una vez más. Recordé uno de los mecanismos de emergencia de mi traje, podría transformar mi brazo en un cañón de pulso de fuego (a buenas horas me di cuenta). Decidí esperar a que todos se montasen encima de mí. Acto seguido, transformé mi brazo en el cañón, solo tuve que hacer una pequeña cosita, decir la palabra mágica: FUEGO.
Todos los Okons se habían pulverizado. Había superado la prueba.

Regreso (objetivo la tierra #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora