Jessica
Había llegado a Madrid, y para mi sorpresa el pasado decidió perseguirme.
Thomas, el acosador, había descubierto mi nuevo comienzo y se había dado a la tarea de cazarme, ¿Qué como lo supe? Simple, lo ví en mi vuelo.
Pasaron unos meses y él no se separaba de mi ventana durante la noche, en los días me seguía al Instituto y aparecía de golpe dentro de el.
Todo explotó cuando intentó violarme en los baños del instituto, grité a más no poder y afortunadamente todo tuvo una reacción muy veloz y Thomas fue capturado.
¿Mi próximo destino?
Londres.
Luego de huir, un gran vacío tomó mi vida, extrañaba a todos, incluyendo a Isaac. No podía sacarlo de mi mente, lo que pasó, el desastre que dejamos atrás allí en Colombia.
Pasaban los días y era incapaz de levantarme sin llorar o maldecir a la vida tan cruel, tan imperfecta y destructiva. La depresión se asomaba de a pocos tomando mi vida lentamente. Volvían las autolesiones, las noches en las que lloraba hasta caer dormida sin más remedio. La vida se tornaba mucho más gris.
Unos meses después, en marzo del 2004 tuve la manía de quedarme escuchando música hasta altas horas de la noche, mi padre no estaba así que podía cantar todo lo que me apeteciese sin que nadie me viera. Mala idea. Me desperté súper tarde y no alcanzaría el tren de las 6:30, así que me vi obligada a organizarme muy rápido para salir corriendo a tomar el tren de las 7:10 para llegar a las 7:40 al instituto.
Estuve a tiempo para llegar a la estación, tomar algunas fotos al paisaje y sentarme a descansar un poco. Minutos después, el lento y cómodo tren llegaba a la par de aquel sol seguía iluminando con más fuerza mi cara.
Al subirme, me hice en la ventana de una puerta para ver los rieles y el resto de almas que viajaban en tren en la dirección contraria, al cerrarse las puertas di vuelta y vi a un chico alto, color leche con chocolate, ojos marrones, cabello negro y facciones de chico bueno mirarme directamente a los ojos, me paralicé un momento y me quedé mirándole, iba al mismo instituto que yo así que no iría sola, estaba guapo pero no podía apresurarme a sentir algo, luego de lo sucedido en el pasado.
El chico susurraba fragmentos de canciones, a la par de que usaba su muslo como bajo, era gracioso pero tentador verle, a simple vista podías decir que amaba la música.
7:38 Am, Tarde. Muy tarde para el instituto, y aquel chico seguía mirándome. Buscaba mi cámara para tomarle una foto y poder molestarle, cuando todo se volvió absolutamente negro.
Desperté varias horas más tarde, y lo primero que pude ver fue la televisión, que transmitía la noticia de que varios trenes habían explotado. Vi a mi alrededor, estaba rodeada de tubos y aparatos médicos, y para mi sorpresa, a aquel chico, lleno de sangre, mi sangre. Me había salvado sin importar nada, ni siquiera su propia vida.
Al ver mis ojos color miel, sonrió, como un pequeño tonto. Y yo, sacando fuerzas, logré sentarme y darle un abrazo. Y ese es el inicio de algo, una amistad genial y fuerte, que nos unió en la tragedia, en el luto de aquel once de marzo.
Luego de conocerle Jessica se fue haciendo más cercana, ayudándole en sus melodramáticas crisis románticas, el ayudándole en todo lo que pudiera. Ambos. Viviendo una amistad de ensueño.
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Cometas Por El Cielo
Teen FictionDespués de dejar un doloroso pasado, este decide perseguirla hasta Madrid, su nuevo hogar. Joshua, un chico internado en un psiquiatrico la conoce por casualidad. Y como si fuera poco, La Oreja de Van Gogh visita una de sus ciudades. Dos almas destr...