Haberme encontrado a Niall fue de lo mejor. Le echaba muchisimo de menos y seguía tan adirable como siempre, aunque, según el, yo no, y ciertamente, tenía razón.
Mi proposito al llegar allí fue cambiarme entera. Y así fue, California me cambió.Fiestas a las que nunca iba me aclamaban, me solían mirar mal y esa faceta de niña llorona por un chico se acabó. ¿Habría cambiado para bien?
- ¿Caitlyn? ¿Eres tu?
Me giré y me encontré a Danielle. Muy guapa, por cierto.
- ¡Dani! .- Exclamé y la abracé
- Tia me dijistes que habías cambiado, pero no te esperaba así.- Sonrió abrazandome y ví a un chico realmente guapo detrás suya.
- Oh, no os he presentado. Liam ella es Cay, Cay el es mi novio Liam.- Sonrió y nos dimos dos besos en la mejilla.
El día estuvo bien. Estuve con ellos quienes me enseñaron un poco esto ya que Danielle llevaba dos años aquí y Liam acababa de entrar, pero al ser hijo del director se conocía esto doblado.
- ¿Quienes son esos?.- Dije señalando con la mirada a un pequeño grupo de chicos y chicas
- Con eso mejor no te vayas, Cay. No son buena compañía.- Dijo Liam
- Oh vamos, ¿y por eso me miran de arriba a abajo?.- Sonreí y andé hacia ellos.
Esto, claramente, hace dos años no lo haría.
- Hola preciosa.- Sonrió una voz dulce
- ¿Te conozco?.- Sonreí y ese chico tiró su cigarro al suelo. Joder, es guapísimo. Sus ojos marrones, su pelo en forma de cresta y su medio brazo lleno de tatuajes lo hacian atractivo.
- No, pero podemos conocernos si quieres
Al momento apareció detrás otro chico, echando su pelo hacia atrás y clavó sus ojos verdes en mí. Abrí la boca para decir algo pero de estas no salieron palabras.
- ¿Eres tu?.- Dijimos al unísono.