𝑺𝒕𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆 // Bᴇɴ Cʜɪʟᴡᴇʟʟ

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➴ 𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚; 𝟎𝟓 𝐝𝐞 𝐟𝐞𝐛𝐫𝐞𝐫𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝟐𝟎𝟐𝟐.

Ashley siempre había sido entusiasta de los planes simples; una comida improvisada en casa, un maratón de películas Disney, un paseo a orillas del Támesis o, como aquella noche, una cena con Londres a sus pies. El plan perfecto, según su propio criterio. Pizzas, hamburguesas, refrescos, cervezas, chocolatinas, golosinas y buena compañía. El dónde, el cómo y el qué eran irrelevantes; lo verdaderamente imprescindible para un plan perfecto era el quién. La compañía adecuada convertía la acción más simple —como sentarse en un sofá a no hacer nada— en un planazo.

—¿En serio me estás diciendo que Patrick Weaver no te estaba esperando en la puerta de casa con la escopeta en la mano? —la cuestión formulada por Mount iba cargada de sorpresa e indignación; lo narrado por su mejor amigo no era lo que esperaba escuchar—. ¿Qué clase de tongo es este?

—¿Se puede saber qué mala fama le has cargado a mi suegro, Amelie? —con dudas, Declan trasladó su mirada inquisidora hacia su chica.

—¡La que él mismo se ha ganado! —se excusó—. Henry Murphy, quién solo me acompañó a casa un día porque le cuadraba de paso, ¡puede asegurar que Patrick Weaver no es el ángel que se ha mostrado ante ti!

—Lo puedo afirmar —habló Leah—. Después de este encuentro me esperaba ver a un Declan asustado y acongojado, ¡no al mejor amigo de Patrick Weaver!

—¡Incluso hablan por WhatsApp! —agregó Amelie. Había pasado menos de una semana desde "la gran cena", y aún le sorprendía la relación que habían forjado su padre y su novio. Patrick, a pesar de no ser mala gente, no destacaba por tener un carácter agradable; y mucho menos por tener un trato apacible con los amigos o parejas de su hija—. No tengo pruebas, ¡pero tampoco tengo dudas de que a mi padre lo han abducido los alienígenas! Es que si no, ¡no entiendo este cambio de personalidad!

—Al final las tres tilas que te tomaste antes de conocerle fueron innecesarias —formuló Benjamin con diversión. Aún recordaba los mensajes que su amigo le había enviado aquel día a él y a Mount; estaba atacado de los nervios y al borde de calmar su ansiedad con alcohol.

—¡Es que Amelie lo pintó como si fuese el mismísimo Satanás! —expuso alterado—. Y en realidad es un amor de persona.

—Lo dicho; a mi padre lo han abducido los alienígenas. Eso o se ha dado un fuerte golpe en la cabeza.

Con la sentencia de Amelie, el mirador se llenó de risas. Aquello era exactamente lo que Ashley entendía por un buen plan: las risas entre amigos que lograban calmar toda preocupación o dolor.

—Mejor que se hayan convertido en amigos a que lo haya espantado, ¿no?

La nativa de Liverpool no contestó a la pregunta hipotética de Ashley, pero esbozó una media sonrisa de satisfacción. Que su padre y su novio congeniaran había sido un golpe de suerte que agradecía. Tal vez era demasiado pronto para afirmarlo, pero estaba convencida de que Declan Rice era el amor de su vida.

—Yo, gracias a ser el mejor amigo de Deccers, me ahorro el pasar por el momento "escopeta e interrogatorio" —comentó Mount. Hacía casi una década que había conocido a los padres de Leah a raíz de ser la mejor amiga de su mejor amigo. Olivia y Thomas hacía años que lo consideraban parte de la familia.

—No habrías pasado por ese momento aunque fueses un completo desconocido para ellos. Mi padre habla hasta con las piedras, se hace amigo de todo el que se cruza en su camino y no sabe odiar a nadie; habría sido un primer encuentro apacible.