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ღInfancia de Falyn Fairchild

Nombre: Falyn Fairchild.

Saga/libro/serie: Saga Maddox. Hermoso Sacrificio.

Edad: Seis años. (En el relato)

Conoce un poco más de ella: En el libro Falyn ya es mayor a los veinte años, y cuenta como sus padres practicamente la "obligaban" a estudiar medicina, dando a entender que lo hacían para seguir el negocio familiar, debido a que ella no quería para nada estudiar medicina se hizo este relato completamente original contando cómo incluso de niña era sometida a estudiar lo relacionado con la medicina. De igual manera nos muestra que para nada, eso era lo que ella quería.

"—¿Y jugar? ¿Puedo salir a jugar?

Preguntó la pequeña Falyn frente a su madre quien se encontraba al parecer muy ocupada con asuntos del trabajo.

—Te he dicho que no. Te ensuciarás, y las niñas bien no hacen eso.

—¿Y por qué tengo que ser una niña bien...?

Preguntó debilmente con la mirada clavada en sus pequeños pies, no quería hacer enojar a su madre. Blaire bufó fastidiada y se levantó de la silla tomando la mano de Falyn con algo de brusquedad.

—Olvídate de esas cosas Falyn, irás a estudiar.

—¿Estudiar? —Preguntó de repente asustada— Mamá, no quiero, ya no...

—Es tu obligación.

La pequeña opto por no renegar y permaneció en silencio los segundos del trayecto a su habitación, Blaire la levantó dejándola sentada en la cama y caminó al armario a sacar un bonito pijama para la niña.

Regresó en cuando lo consiguió y comenzó a desvestirla con delicadeza y dedicación, tomándose el tiempo necesario para su propósito. Le ayudó a ponerse la pijama y le preparó la cama para dormir, le sonrió con una pizca de falsedad y tomó uno de los grandes libros que descansaban en la mesita de noche.

—Lee un par de temas, después duerme.

Falyn observó el título del libro con desagrado y suspiró asintiendo. Blaire le sonrió de nuevo dejando un beso en su frente y salió de la habitación cerrando la puerta al salir.

—Epi...e-pi-de-mi-o-lo-gí-a... ¡Epidemiología!

Cerró el libro de golpe con los ojos llenos de lágrimas. ¿Realmente su madre esperaba que leyera tal cosa? ¿Qué niña de seis años se interesaba por conocer de enfermedades? ¡Ninguna!

Dejó el gran libro sobre la mesita encima de todos los demás libros de medicina que sus padres planeaban hacerla leer antes de los diez años.Se deslizó por la orilla de la cama hasta que sus pies tocaron el piso y terminó de bajar con un pequeño brinco. Corrió hacia el otro extremo de la habitación. Abrió la gran puerta del armario y sacó una gran caja de plástico, la abrió y de ella sacó un oso de peluche que su madre no le permitía dejar a la vista en la habitación, a pesar de que fue su padre quien se lo regaló. Lo abrazó con fuerza con un brazo mientras con el otro seguía rebuscando en la caja.

—¡Aquí estás!—Chilló emocionada poniendo la caja en su lugar y corrió a su cama tomando la misma posición que con el libro anterior, esta vez con un título diferente. —Peter Pan. —Leyó en voz alta— Todos los niños, menos uno, se hacen mayores. Tardan poco en saberlo y Wendy no iba a ser menos. —Comenzó a leer con una gran sonrisa plasmada en el rostro.

Podían obligarla a leer, pero sería lo que ella quisiera. Y lo que ella quería era leer sobre el niño que no quiso crecer, sobre Peter Pan.Después de algunos capítulos leídos observó la ventana con curiosidad tratando de creer que realmente Peter podía llegar y preguntar por su sombra, Falyn consideraba que sería un honor ayudarlo a encontrarla.

Hizo una mueca moviendo la cabeza ligeramente de forma negativa. 'Aunque Peter existiera... jamás vendría a mi casa.' Pensó recordando a sus padres, tal vez Peter solo visitaba los hogares de quienes tenían posibilidades de creer en la magia, en las hadas, y en todo aquello que parecía imposible. Y sus padres no tenían ni una partícula de esperanza para creer, no cuando la ciencia era su vida. Los médicos no creían en las hadas... al menos no los médicos como sus padres...

—Falyn, ¿Sigues despierta?

Preguntó una voz suave del otro lado de la puerta, la pequeña se sobresaltó al escucharla y abrió el cajón del buró que estaba junto a su cama. Metió con rapidez el libro y el oso, cerró el cajón tratando de no hacer ruido y giró al otro lado de la cama a apagar la luz de la lampara que estaba en la mesita.

Se recostó tapándose con las cobijas hasta los hombros y cerró los ojos tratando de respirar con tranquilidad para parecer dormida. La puerta se entreabrió dejando paso a un pequeño rayo de luz que provenía del pasillo, el rostro de su madre se asomó un poco para verificar que "estuviera dormida" y volvió a cerrar la puerta.

La niña suspiró girando sobre la cama clavando la vista en la ventana cerrando los ojos poco a poco cayendo en un sueño profundo mientras pensaba en lo que daría por poder ir a cualquier otro lugar fuera de su vida real, tal como Peter le dio la oportunidad a Wendy..."