Su cabello era rubio, ojos de color azul como el mar, su piel era pálida y tenía un rostro muy dulce. No creo que superará los cuarenta años y eso era lo que más me sorprendía, una mujer mucho más joven que Mayers era la presidenta de algo que aún no sabía y sentía en el fondo que fuese lo que fuese era mucho más poderosa que el general y todo su ejército.
—¿Joe verdad? —Me pregunto.
—Si —Le respondí y a la vez levante la cabeza para mirarla a los ojos.
—Te haremos una prueba de sangre para saber tu estado de salud y luego tendremos que aplicar un test para tus conocimientos pero nada muy complicado —Me sonrío.El tipo de la bata blanca me levanto el mono del brazo hasta la altura del codo y de mi antebrazo con una jeringa metálica saco un par de cm de sangre y tal como lo habían anticipado fue totalmente indoloro y rápido. Los resultados que necesitaban estarían en menos de cinco minutos.
El médico se dirigió a una pequeña puerta a un costado del aéreo propulsor e ingresó a una sala supongo que donde revisarían mi sangre. Me desdoblé el mono y me atreví a hacer la primera pregunta.
—¿A dónde exactamente vamos? —Fui directo a por la presidenta Stone.
—Vamos a South Forest —Me respondió.
—Eso es lo que no entiendo, ese lugar ya no existe, lo borraron del mapa —Le insistí.
—Eso no puede ser verdad te repito, nadie podría hacer algo así sin que nosotros lo sepamos —Me devolvió.
—Podría explicarme a que va todo esto, creo que alguien aquí está un poco confundido —Replique.Antes de que ella pudiese hablar uno de los asistentes de cabina salió por la puerta.
—Presidenta según nuestro radar estamos sobre South Forest —Le comentó el asistente que también vestía un traje negro pero estaba sin gafas y se veía tan joven como yo.
—Esta bien, aterrice en el primer lugar que puedan —Le ordenó la mujer.Ella me miró como compadeciéndose de mi, como si algo anduviera mal conmigo pero lo entendía. Tuve una pequeña crisis existencial, no era posible estar en South Forest porque yo lo vi desaparecer, yo lo vi arder. El aéreo propulsor bajo a toda prisa y apenas sentí que toco suelo me desabroche el cinturón y me puse de pie.
—Aquí estamos por fin —Exclamo la mujer como si de verdad le alegrará que eso fuese así.
La rampla de la parte de atrás de la nave se desprendió y poco a poco fue ingresando la luz del día y un olor pestilente que nos obligó a cubrirnos la nariz, ella camino primero y descendió hasta tocar tierra fuera del vehículo.
—No lo puedo creer —Exclamé.
Era peor de lo que creí, no había nada y de los pocos árboles que quedaban de pie solo eran ramas secas y negras, quemadas por el fuego, era solo tierra que humeaba. Era como caminar por el infierno, hasta el cielo era de otro tono. Habían lugares donde aún humeaba y no habían rastros de edificios o carreteras, todo era chatarra que ardía y humo, mucho humo.
—Comandante debemos estar equivocados, podría revisar su GPS —Le ordenó la presidenta.
—Sra. Stone estamos en el lugar correcto no hay error —Le respondió el comandante a cargo del vuelo.Su cara delataba su asombro, yo tenía razón y ella no entendía que pasaba aquí. Tenía tantas preguntas como ella y solo hice lo que era obvio, camine arriba de la nave y me senté donde estaba, apreté mi cinturón y tome un poco de agua, apoye los brazos sobre la mesa de reunión y espere hasta que terminara de convencerse de lo que estaba viendo.
—Tu —Me dijo mientras la miraba subir de regreso hasta su lugar —Tu sabes qué pasó aquí y quiero que hables en este mismo momento —Me pidió y su expresión ya no era tan amable.
—Ya se lo dije, lo hicieron desaparecer y eso es todo lo que se —Le respondí y mis palabras sonaron tan duras como las de ella.
ESTÁS LEYENDO
BUNKER: El Misterio Del Nuevo Mundo
Science FictionLa primera noche de la tierra cambio sus vidas, hoy deberán sobrevivir a los horrores del nuevo mundo y solo tendrán una decisión que tomar, escapar o rendirse. Joe deberá rescatar a su hermano y luchar contra el sistema impuesto por el general May...