Prólogo
Supongo que a cada quien le corresponde su milagro. Por ejemplo,probablemente nunca me caerá encima un rayo,ni ganaré un Premio Nobel,ni llegaré a ser el dictador de un pequeño país de las islas del Pacífico,ni contraeré cáncer terminal de oído,ni entraré en combustión espontánea. Pero considerando todas las improbabilidades juntas,seguramente a cada uno de nosotros le sucederá una de ellas. Yo podría haber visto llover ranas. Podría haber pisado Marte. Podría haberme devorado una ballena. Podría haberme casado con la reina de Inglaterra o haber sobrevivido durante meses en medio del mar. Pero mi milagro fue diferente. Mi milagro fue el siguiente: de entre todas las casas de todas las urbanizaciones de toda florida,acabé viviendo en la puerta de al lado de Margo Roth Spiegelman.
Nuestra urbanización, Jeffersón Park, había sido una base naval. Pero llegó un momento en que la marina dejo de necesitarla, de modo que devolvió el terreno a los ciudadanos de