Convivencia familiar

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El día en el centro comercial era realmente aburrido, todas las chicas incluyendo a mi madre y a Layla corrían de tienda en tienda buscando el vestido perfecto para ese gran día.

*¿Te diviertes?*- me muerdo el labio ante el mensaje de texto de Ji, deteste que anoche me haya dejado con ganas de estar con él, pero por otro lado lo agradecí. ¿Acaso estaba perdiendo la razón?

Tenía que recordarme que el solo era un contrato, una farsa que solo duraría una semana, no más.

No flores y corazones Madison.

*¿Te has quedado muda?*

*No, solo que estaba pensando en cómo sobrellevar la comida con la familia está tarde*

*Solo tienes que actuar con naturalidad, como si en verdad fuera tu novio*

*Bueno, a mí no se me dan tan bien las mentiras como a ti*

*¿En qué te he mentido?*

*Bueno, no lo sé. Sé que ocultas algo y no quieres contarme*

*Madison, si no mal recuerdo este trato solo es por una semana. No tengo porque contarte sobre mi vida privada*- furiosa fulmino el teléfono. ¿Qué le ocurría? ¿Por qué no me deja saber más del?

¿Por qué?- me dice mi subconsciente, porque así tú lo estipulaste muy claramente en el contrato, "Nada de vagar en el pasado del otro" ¿Lo recuerdas?

-Madison.- dice mi madre posando su mano en mi hombro la miro y le sonrío y ella corresponde a mi gesto.- ¿Por qué no te unes a nosotras? Parece no alegrarte porque tú hermana se casa.

-Nada de eso mamá, es solo que.- me encojo de hombros.- Extraño a Ji, nunca me separo de él. Bueno solamente en el trabajo.- mi madre una mujer de cuarenta y cinco años pelo teñido y bello a pesar de su edad me toma del brazo llevándome por los pasillos del centro comercial.

-¿Dónde lo has conocido?- me muerdo el labio negándome a mentirle a mi propia madre.

-Mi secretaria Emily me lo ha presentado mamá.- sonrío al recordar en la manera en la que me hablo de él.

-¿A qué se dedica el?- paso saliva nerviosa y me seco el poco sudor que se crea en mi frente siempre que estoy en situaciones de mentiras. Soy mala para las mentiras. Que le diré a mi madre.

"Oh mamá él se dedica a ser prostituto, de hecho no es mi novio. Le pago por hacerse pasar por ello. Oh y también tiene tarifa por sexo salvaje"

-Es comerciante.-digo por fin sin siquiera mirarla, sé que de esa manera terminara por sacarme la verdad y no deseo que sepa lo bajo que he caído o lo pésimo que me ha ido en el amor.

-Se ve que te ama.-dice sonriendo entonces la miro ¿Cómo sabría mi madre que Ji me ama? Si apenas tengo dos días de conocerlo.

-Oh mamá.-digo en tono de burla ella toma mi mano y la acaricia levemente antes de detenerse frente a una tienda, la misma donde me detenía a observar los vestidos de novia cuando era una niña de cinco años mientras tiraba del vestido de mi madre y le decía que algún día yo usaría algún vestido de aquella lujosa tienda.

-Sé que te ama, sus ojos me lo dicen.- sonrió negando.- Son los mismos ojos brillosos que pones tú al ver esta tienda.- observo mi reflejo en el cristal de la tienda. El simple hecho de que me mencione su nombre hace que mis ojos brillen y mis mejillas se tornen rojas.

Novio de Mentiras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora