Subió las escaleras lentamente, sus músculos se resentían y la cabeza comenzaba a darle vueltas. Estaba agotada, sentía que su cuerpo pesaba cada vez más con cada paso. Había hecho demasiado ejercicio, estaba hambrienta y sendienta, mas no quería comer ni beber nada. Mientras subía, se bajaba las mangas de la sudadera para que no se viesen los cortes. Cada escalón lo subía más y más rápido, intentando evitar que sus padres le hiciesen demasiadas preguntas.
- Hoy no salgo con mis amigos, mamá - su madre asintío, mientras ella esbozaba una falsa sonrisa en su rostro.
Ella siempre hacía lo mismo. Mentía a sus padres. Fingía que tenía amigos y salía a la calle por las tardes el tiempo suficiente como para que sus padres se lo creyesen. Y es que después de un puñetazo, ojo morado y un labio roto ya nadie quiere volver a ser tu amigo. Ella no era una chica problemática, pero si defendía a quienes más quería, aunque eso le costase más de una pelea... y la soledad.
Se encerró en su habitación, agarró sus auriculares con rabia y puso la música a tope, intentando autoconvencerse de que todo se solucionaría. Mientras se acostaba delicadamente en la cama, cogió una libreta que se encontraba en uno de los cajones de la mesilla de la izquierda y comenzó a escribir. Fijó su vista en la ventana de su cuarto que daba al patio, pensando de nuevo en si saltar o no. Sus problemas comenzaron a llegar de nuevo a su mente, pero ella evitaba pensar en todo lo malo. Después de todo, es ella la única que se levanta por la mañanas, se lava la cara, levanya la cabeza, observa detenidamente su rostro y, mientras odia cada parta de su curpo e imagen personal, se sonríe a si misma y dice en voz alta.
- Hoy va a ser un gran día, espero poder aprovecharlo.
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Páginas inacabadas ©
RandomQuiero escribir. Deseo escribir. Escribir hasta terminar con la punta de todos los lápices, hasta que no haya ni una gota de tinta en cada bolígrafo. Escribir hasta quedarme sin espacios en blanco que rellenar y sin historias que narrar. Escribir ha...