7 años

160 17 11
                                    

Año 1:

La pequeña Rachel estaba emocionada. Era el primer cumpleaños que la dejaban invitar amigos. Ella no tenía muchos amigos en el colegio, pero de todos modos invitó a todo su curso. Ya eran las 15:40, por lo que sus compañeros ya habrían salido de clases para encaminarse a su casa a celebrar. La niña de 11 años no dejaba de mirar el reloj. 15:55. 16:30. 18:55. Nadie llegaba. Rachel lloraba. Hasta que un pequeño golpeteo se escuchó en la puerta. Ella se encaminó a esta, secándose con la mano las lágrimas. Sus frágiles dedos se posaron en la manilla. Abrió. Y se encontraba su pequeño vecino de la misma edad, Simón, quien traía un gran paquete que decía: para, Rachel.

La niña no podía estar más feliz. Lo invitó a pasar. El accedió. Se sentaron en el sofá. Comieron torta. Jugaron. Algo se creó ese día. Algo que perduraría hasta muchos años más.

Año 2:

La sorpresa la mataría. Simón había planeado un a ida al mall y a ver la nueva película de superhéroes. Cuando tocó el timbre se secó las manos en sus pantalones. Estos días había empezado a sudar mucho. Suponía que estaba creciendo. Cuando ella abrió automáticamente se dibujó una sonrisa en la cara del niño. Él sacó una venda de su bolsillo y cubrió los ojos de Rachel con el. Otra sonrisa se formó en sus labios. La guió hasta el auto de sus papás en la casa de al lado. Se subieron, cerraron la puerta, le puso el cinturón y empezaron el viaje hacia el mall. Rachel no tenía idea de lo que iba a pasar.

Al llegar Simón le quitó la venda y Rachel observó a un grupo de personas sonrientes que sujetaban un cartel que decía: "¡FELICES 13 AÑOS!"

La chica soltó una exclamación ahogada y abrazó al niño. Él sacó de su bolsillo unas entradas para el cine, por lo que entraron a la sala. En todo el transcurso Simón vio que Rachel no dejaba de sonreír.

Al terminar la película Simón dejo un rato sola a Rachel y se fue con el grupo de personas que los acompañaron . Esta sentía curiosidad, entonces los siguió. Ahí estaba su vecino pagándole a esa gente. Sus ojos se pusieron brillantes. ¿Él hizo todo eso por ella?

-¿Simón? ...

- Rachel , no es lo que crees , no te enojes ...

- Porque me debería enojar , es más, te doy las gracias ... Gracias por ser mi amigo.

Se dieron un abrazo y esbozaron una sonrisa.

Año 3:

Rachel estaba aburrida. Desde hace tres días que no se podía levantar de la cama por causa de su pierna rota. Justo en su cumpleaños. Eso era tener muy mala suerte. No podría celebrar su cumpleaños número catorce (por lo menos no en pie). Ni siquiera Simón la había llamado para felicitarla. Eso, realmente, la decepcionó. El timbre de la casa sonó. Ella supuso que sería sus primos que venían a almorzar. Eso la decepcionó mas, porque ellos eran un poco insoportables. Se escucharon unos pasos en la escalera que iban apresurados. Ella, para que no la molestaran, se hizo la dormida. Su puerta se abrió, pero ella no vio quién era. Hasta que una voz conocida dijo:

-A mí no me engañas, Rachel. Feliz cumpleaños.

Ella rápidamente abrió los ojos y se giró. Simón estaba parado ahí con una gran caja. Le mostró una sonrisa cuando un pequeño ladrido se escuchó, proveniente de la está.

7 años | #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora