I

78 8 1
                                    

Apoye mis brazos en la suave colcha de mi cama y deje caer mi torso hacia abajo, no podía conciliar el sueño, simplemente tenia demasiadas cosas en la cabeza, anteriormente había tomado mi celular, pero en vez de ayudarme a relajarme hizo totalmente lo contrario, también había intentado escuchar música, pero no había funcionado en lo absoluto, ahora me sentía más despierta que nunca.

Me levante, causando un poco de ruido en la silenciosa y oscura habitación por el rechinar de la base de madera. Tome uso tenis converse e hice una de las cosas que me había dicho mi hermana "Tomar una caminata te ayudara a despejar la mente".

No podía salir por la puerta principal, las bisagras producían demasiado ruido y si mi madre se llegaba a dar cuenta de que yo había salido de noche cuando todos se encontraban en sus respectivas camas no me iba a ir muy bien.

Abrí la ventana y me apoye en el alfeizar de la ventana, junto a mi ventana se encontraba un árbol, por lo que me encargue de tomar la rama más cercana y bajar poco a poco.

Cuando llegue abajo me cerciore que ninguna de las luces de las habitaciones de mi hogar estuviese encendida. Comencé a caminar a paso lento, en la calle desierta, solo se escuchaba el crujir de las hojas que pisaba y el canto de los grillos, parecía que ni si quiera había vida humana a mi alrededor, siendo que todos se encontraban en sus casas.

Subí la capucha ya que el aire frio rozaba mi cuello descubierto causándome escalofríos, el camino comenzó a desaparecer, volviéndose terracería, las casas comenzaron a desaparecer, cambiando totalmente el paisaje, apreté los puños tomando las mangas de mi sudadera, estaba un tanto frio. De un momento a otro las casas desaparecieron totalmente y me encontré en el bosque que se encontraba junto a la ciudad. El lugar estaba realmente oscuro, por lo que intenté sacar mi celular del bolsillo, pero recordé que lo había dejado cargando. Comenzaba a internarme en el bosque, pero lo pensé mejor y di la vuelta.

De repente escuche el crujido de una rama, fuerte y claro, no me lo habría podido imaginar, di la vuelta, esperando encontrar algún animal o alguien, pero no vi nada, debido al espeso negro que adornaba el bosque. No iba gritar una pregunta estúpida como en las películas, era muy obvio que no obtendría contestación.

Me encogí de hombros y seguí caminando sin prestarle mucha atención.

****

Me desperté por el canto de los pájaros, pues el tono de mi alarma era el canto de algunos pájaros. Me queje un poco y ya después de haberme estirado tome una ducha como lo hacía todas las mañanas. Salí de mi baño personal envuelta en dos toallas, una en la cabeza y una envolviendo mi cuerpo. Tomé una falda floreada y un croptop negro y unas zapatillas de piso, después me vestí con ello. Deje mi cabello castaño oscuro suelto.

Me acerque al gran espejo que se encontraba en mi habitación, al lado de este había un mueble con todo mi maquillaje encima. Tome la base y polvos y comencé a ponerlos sobre mi rostro, después dibuje una línea negra sobre cada ojo y pinte mis labios de un rosa suave.

Me acerque al sillón café de mi habitación y tome mi mochila verde menta y la coloque sobre un hombro, dejando que cayera de un lado.

Baje al segundo piso, despedí a mi madre que miraba pensativa por la ventana de la cocina, mi padre ya se había ido y también mi hermano, por lo que al dejar un beso sobre la mejilla de mi madre abandone la casa.

Balancee las llaves de mi auto en las manos, luego camine hasta estar frente a mi Audi r8 de color negro, me senté en el asiento del conductor luego inserte la llave, haciendo que un suave ronroneo se escuchara. Saque el auto de la cochera y luego comencé a recorrer el camino de todos los días, pase por la habitual tienda de helados que a estas horas se encontraba cerrada.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 16, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

UnsettlesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora