esto es como mis sueños. sin un futuro.

prologo..?

Una sombra alta y robusta se acercaba, cada vez mas, a mi cuerpo frío y débil, mis cansados y secos ojos no lograban distinguir ah aquélla persona, lo único que podía ver era una sombra, pero solo eso bastaba para saber de quién se trataba.

- ¿ya has despertado? Eh, maldita zorra?- pateó mi rostro con fuerza lanzadome contra la pared. - ¿que pasa? ¿acaso tú príncipe no vendrá a buscarte? El no vendrá! El murió!! ¡¡¡TU LO MATASTE!!! ¡¡¡¡JAJAJAJA!!!! - después de que lo dijo creí haberlo, visto sonreír lascivamente.

El tenía razón yo lo había matado, si yo no hubiera ido tras el como el me dijo, el no se hubiera visto obligado a defenderme, y si le hubiera echo caso ésa noche, tal vez, pudimos haber cumplido ese sueño de aprender a bailar tango juntos... Pero aun así, por una extraña razón sigo esperándole, pacientemente...

- hey.
«oh, ¿aun sigue allí?, pensé que se había ido...»
- mira lo que te traje para comer - lanzó delante mía un brazo humano - ¿recuerdas aquélla vez? Yo estaba con mi esposa, y tu con tu mejor amiga... Aun recuerdo lo obediente que fuiste cuando cuando te dije que me comería a toda tu familia si no lo hacías, y, para probarte que era capaz de hacerlo, me comí a un lindo gato que te siguió todo el día, según recuerdo fue tu gato el que me comí, o eso fue lo que supuse con tu rostro, je~je~ fue tan linda tu expresión.. Bueno, basta de charla, come! Se lo mucho que te encanta la carne humana...

Me intenté contener pero no podía soportarlo, tenía demasiada hambre, hace días que no me alimentaba, lo ultimo que comí fue un insecto extraño que pasó por allí, ni a los insectos mas raros les gustaba estar allí. Salté sobre la aquélla extremidad y la mordí, aún cuando aborrezco ese tipo de cosas y siento repulsión hacía el canibalismo, aquél brazo me sabía delicioso, aún estando crudo sabía bien, sentía como los trozos bajaban por mí garganta, como esa sangre aún caliente tocaba mi lengua, me sentía viva de nuevo, pero, eso no quitaba lo mal que me sentía, no podía hacer nada para detenerme, estaba siendo dominada por un simple instinto, era como un animal sin razonamiento, había caído tan bajo... Y el parecía disfrutarlo, solo escuchaba su risa, y como se quitaba el cinturón y bajaba sus pantalones, eso llenaba mi mente de miedo y terror, tan sólo el recordar lo que me hizo cuando era niña, y del como desapareció, gracias a eso, me tomaron como una loca mentirosa, mas bien nos tomaron como locas, mi mejor amiga y yo tuvimos que aguantar con esto y más a lo largo de nuestra vida, pero, ella no pudo soportarlo, y se suicidó dejándome sola, aquí, en este mundo tan asqueroso, pero no eh de culparla, cualquier persona razonable lo haría, pero yo no lo hice, por miedo, aun sigo siendo esa niña miedosa, cobarde y frágil. Pero ahora solo me cubro con una máscara de conocimiento, sabiduría y madurez.