Teleférico Fantasma

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Decidimos que la mejor opción era subir en teleférico y luego bajar en Jeep a Galipan.  Aunque no estábamos seguras de la ruta, la curiosidad era mayor que los nervios. 

Allí nos encontrábamos,  en el teleférico con par de extraños, que la verdad parecían extranjeros, pero de algún pueblo del interior del país. El chico estaba realmente aterrado con el hecho de estar flotando entre la ruidosa ciudad de Caracas y el apacible cerro el Avila, cosa que para mi es éxtasis total.

Al llegar a la parada sin pensarlo buscamos los jeeps que nos llevarían a Galipan , por suerte había uno allí y las personas lo estaban abordando, nos subimos en él y comenzamos a bajar. Al llegar a Galipan no sabíamos que camino continuar. Recordamos que hace un tiempo conocimos a un artesano llamado "músico" con quien empatizamos. Decidimos ir a su puesto, afortunadamente allí estaba donde siempre. Él nos dijo la ruta que debíamos seguir hasta la estación del Teleférico Fantasma, sin dudar comenzamos nuestra caminata, en la primera división de caminos nos detuvimos ya que no recordábamos si debíamos ir a la derecha o a la izquierda sin saber que ese seria nuestro dilema todo el camino. Continuamos nuestro camino hasta encontrar uno de los puntos de referencia, un tractor amarillo que parecía estar varado ahí hace bastante tiempo.

En el camino habían partes muy solas, como otras muy pobladas, pasamos por un mirador donde no pudimos ver nada, debido a lo que espero que haya sido neblina. Cerca de allí había un montón de escombras lo que parecía ser los restos de una casa destruida totalmente.

 Continuamos caminando y nos encontramos en otra encrucijada, no sabíamos que camino tomar, pero afortunadamente allí estaba un muchacho, muy simpático, por cierto, que nos dijo por donde ir

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 Continuamos caminando y nos encontramos en otra encrucijada, no sabíamos que camino tomar, pero afortunadamente allí estaba un muchacho, muy simpático, por cierto, que nos dijo por donde ir. Caminamos un poco más y ya estábamos ahí. Habíamos llegado. La sensación de estar en un lugar que hacia más de 30 años estaba abandonado, nos dejo inmutadas, no mencionábamos ni una palabra, solo deleitábamos aquel museo antiguo al aire libre. 

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Vimos unas escaleras que permitían llegar hasta la parte de arriba

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Vimos unas escaleras que permitían llegar hasta la parte de arriba. Ya estando allí podíamos ver toda la estación y sentir un vértigo increíble. Mientras luchábamos con el vértigo y las ganas de tomarnos fotos extraordinarias. Iban pasando por allí una señora y una niña, al parecer pobladoras de la zona, la señora en un tono simpático nos dijo: "¡¿jugando con las alturas?! Le sonreímos y seguimos con nuestras fotos. Cuando bajamos de las alturas, nos percatamos que ni la señora ni la niña estaban por ninguna parte, la verdad fue un poco escalofriante, pero intentamos pasarlo por alto para no salir corriendo de allí. Tomamos un par de fotos mas y exploramos por dentro los funiculares. Decidimos que ya era hora de retornar y emprendimos la caminata. Unos 40min aproximadamente. Al Llegar fuimos directamente a contarle a nuestro amigo "músico" como estuvo el trayecto. Hablando con él de las maravillas naturales de nuestro país, el tiempo se fue volando. Cuando nos dimos cuenta era bastante tarde, nos fuimos hasta los jeeps que nos dejarían en el avila para luego bajar a Caracas. Cuando esperábamos el jeep un señor de la zona nos dijo que estaban cerrando el parque porque había un gran incendio, que era muy probable que no pudiéramos bajar en teleférico hasta Caracas. Después de dicho esto el camino hacia el Avila fue bastante tenso. Llegamos a la parada y rápidamente nos dijeron que debíamos abordar el teleférico. 

 Allí estábamos de nuevo colgando en las nubes entre Caracas y El Avila, con dirección al caos citadino. 

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⏰ Última actualización: Apr 17, 2016 ⏰

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