Capítulo 14

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Recorrimos varias calles hasta llegar a un punto solitario. Pensaba que nos habíamos equivocado hasta que oí lo música que salía del interior de una puerta bajando unas escaleras.
–¿Es aquí?–le pregunto a Adam.
–Se que no es el mejor lugar pero es muy divertido una vez que te acostumbras– dice.
–Acostumbrarme a qué– me volteo a verlo.
–A veces las personas acostumbran emborracharse en un club y suelen “bailar"–
Realmente no me deja muy tranquila esa idea, yo tenía en mente un lugar un poco más tranquilo ya saben, por ser clandestino, en cambio es un lugar ruidoso.
–Si realmente no te gusta nos podemos ir a otro lugar– dice Adam al parecer se ha dado cuenta de mi desagrado.
–Está bien –digo– Solo es que casi no frecuento lugares como estos, o más bien dicho nunca. Pero quiero experimentar cosas nuevas.
Al parecer le agrada porque sonríe.

El club se llama Día Oscuro y no es del todo agradable. Hay mesas de madera oscuras al rededor y en el medio la pista, donde sólo se pueden distinguir bultos que se encima mientras bailan gracias a la poco iluminación que ofrecen. El olor de alcohol y fluidos humanos hace que comience a darme arcadas.
No sé por qué Adam me a traído aquí, no era lo que me imaginaba. Pensaba en algo más tranquilo.
–¿Quién los ha dejado entrar?– Adam y yo nos volvemos hacia un hombre más alto que él, y más corpulento– Necesito una identificación.
–No tene... –balbuceo pero Adam me interrumpe.
–No hay problema... Frank– lee Adam el nombre en la camisa del hombre.
Adam rebusca en los bolsillos de los Jeans y saca una credencial y se la entrega a Frank.
Había olvidado que Adam es dos años mayor que yo, y no tendría problemas como estos, en cambio yo.
–Adam, yo no tengo una identificación –le susurro mientras que Frank examina la identificación. Adam asiente.
–Ella viene conmigo, pero si hay algún problema... –dice Adam y después saca un billete y lo deposita en el bolsillo de la camisa de Frank y asiente con la cabeza y se aleja de nosotros. No sé de dónde ha sacado dinero y me sorprende como lo ha desperdiciado sobornando a ese tipo.

–No tenias que hacer eso–le digo a Adam un poco molesta intentando hacerme oír sobre la música.
–No hay problema–dice–recibí dinero hace poco y no podía dejar que ese tipo te alejará de mi.
Siento como me sonrojo y espero que no se note gracias a la poca iluminación.
Carraspeo intentando desviar la mirada de Adam.
–Vamos a bailar un poco–digo y me apresuro a mezclarme entre la multitud.

Me siento un poco rara intentado bailar como los demás chicos. Realmente no es lo mío.
No se cómo los chicos se dejan llevar por la música, es como sí se fundieran y crearán a un ser completamente vivo y despreocupado por lo que hay a su alrededor.

Me siento demasiado tensa. Intento dejarme llevar y me muevo de una lado a otro con un movimiento muy sutil y cierro los ojos. Levanto los brazos y sigo bailando. No me importa si lo hago bien o no.

Realmente se siente bien. Dejar todo a un lado y buscar aún pequeño momento de relajación.

Mientras bailo, siento el cuerpo de Adam detrás mío, que también intenta acoplarse y sus movimientos parecen mecánicos.

–¿Te está gustando?–me pregunta casi susurrándome al oído. Casi confidencial.
–Aja– respondo sin dejar de bailar.

De repente siento las manos de Adam sobre mis caderas y me sobresalto, pero no dejo de moverme. Al principio es un poco vacilante pero como ve que no protesto, continúa.
Me acerco más a él y apoyo mi espalda en su pecho,y puedo sentir el calor que desprende. Es tan agradable y reconfortante.

La música es algo rápida pero no le tomamos mucha importa y bailamos con un paso más lento.

Posa una mano sobre mi estómago atrayendome más a él, casi de manera protectora. De alguna forma, siento como mis músculos comienzan relajarse hasta parecer líquidos, y mi respiración comienza a acelerarse al igual que la de él.

Ya no sé siquiera lo que pienso, pero al parecer no hace falta cuando estoy cerca de Adam.

Cuando comienza una nueva canción volteo a verlo y ambos quedamos viéndonos directamente a los ojos.
A pesar de la escasa iluminación puedo distinguir el verde de sus ojos y puedo notar lo que la primera vez vi en ellos: el deseo.
Es tan difícil para mi verlo y bajo la mirada a mis manos que están posadas sobre su pecho.
No puedo mirarlo a los ojos sin dejar de pensar en que lo traiciones y si en verdad me ha perdonado.

Después de un minuto habla.
–Olvidemos el pasado– dice levantandome el mentón con su mano para que lo mire, con un gesto tierno– No importa nada más, sólo el aquí y el ahora. Cometimos equivocaciones en el pasado, pero eso es lo que es, pasado. No podemos vivir con eso para siempre y por eso mismo te pido que olvides todo lo malo que hubo entre nosotros, y no pienses si te he perdonado, porque no tengo nada que perdonar. Comprendo muy bien lo que hiciste y debo confesarte que yo hice cosas peores para sobrevivir. Podemos sanar mutuamente. Podemos ser solo nosotros dos.

Y antes de que pueda responder, se inclina para besarme.

Prometo Cuidarte|| [SinEditar] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora