Viernes, 10 de marzo.
Las luces predominantes trascendían sin parar, faros amarillos, anuncios gigantes y brillos por todos lados, un festín de colores. La noche estaba opaca pero aún así centellaban miles de estrellas, las avenidas como siempre tenían un horrible tráfico del que no podrían salir fácilmente, entonces ahí estaba un moreno mirando con gran asombro esa ciudad, sus ojos se iluminaban y su rostro se alegraba, ¿es impresionante lo que una ciudad puede hacer, no? El moreno seguía caminando, en ocasiones miraba los lugares y se sorprendía más, era una nueva ciudad con demasiada iluminación, se acababa de mudar hace unas horas y no se paro a preguntar jamás como era la ciudad, se dijo estúpido muchas veces y entonces volvió a mirar aquel gran anuncio que captó su atención, un café nada fuera de lo común a unas cuadras de donde paseaba.
No era mal intencionado, solo que nunca le agrado esos lugares donde un café te salía demasiado caro, cosa cual el moreno no tenía tanta pasta, y paulatinamente apartaba dinero para comprar una casa en ese lugar y tener una buena pasta como esos superficiales que estaban en ese café; Luego de caminar y en realidad sentirse demasiado agotado, vio el lugar, era cálido como uno de esos lugares donde puedes ponerte a leer en paz sin tener que cargar con gente riendo falsamente o gritando de por fin reencontrarse.
Un lugar pacifico que le agradó demasiado al moreno, lo miro unas cuantas veces más y entonces entró, le agradaba el lugar era lindo y acogedor, agarró su mochila y sacó unas letras, decía que no eran buenas, en realidad las odiaba pero seguía escribiendo, una le llamó la atención. Pero la ojeo y la trato de tirar al basurero pero, solo la tiró al suelo, suspiro y se volteo a otro lado.
-Creo que no es tan mala-murmuro un chico desdoblando la hoja que este había tirado hace unos minutos, luego lo volteo a ver y sonrío el moreno imitó la acción del castaño.-Soy Greyson-le extendió la mano, a lo que el otro aceptó gustoso.
-Zayn.
-¿Eres nuevo?
-Si.-susurró lo último, este seguía sonriendo. Los hoyuelos se le marcaban intensamente en las mejillas haciendo arder el estomago del moreno, como si de que le estuvieran quemando se tratase, tal vez era un puto masoquista, pero le encantaba sentir eso. Zayn era un graduado de secundaria. La universidad que le habían asignado era una mierda y la detestaba, las chicas de ahí valían aún más mierda. Ni siquiera tenía algo bueno esa universidad. El moreno detestaba demasiado a su familia, entonces pedirles para un pasaje estaba descartado, no sabía que hacer. Tuvo la buena suerte de que el jodido de Mark le pidiera un favor y este se lo devolviera con dinero. Tenía una puta suerte.
Zayn era caracterizado por un estúpido, no de mala manera, no era un pendejo. Pero si un estúpido al tratar de hablar, era totalmente incoherente. Su pasado era terrible, el moreno había cometido errores que tal vez estén marcados para siempre, uno de ellos fue empezar a fumar, sus problemas aumentaron y fue una de las razones por las que detestaba a su “familia”. No lo dejaban fumar, ni drogarse y mucho menos tomar. Los detestaba pues ya era un puto vicio cuando se enteraron. No podían hacer nada. Jamás entendería.
Greyson era hilarante al hablar, tenía una voz aguda como cuando a un adolescente le cambia la voz por una grave, hacía énfasis en algunas palabras divertidas para que el moreno rehiriera, su cabello era lacio y su nariz respingada combinaba a la perfección. Su melena era acaramelada un hermoso castaño que hacía juego con sus ojos cafés, sus labios rosas y mejillas sonrosadas hacían presencia. Era la perfección en persona. Parecía un estúpido enamorado, era precioso, tanto que hasta dolía. Vivía con su madre y su perro, me contó que no tenía hermanas ni hermanos y su madre era soltera. En otro momento de mi vida me pondría coqueto con su madre pero hoy solo me interesaba este chico, su mirada chocolate se clavaba en el café, se lamió los labios y luego tomó un poco. Zayn prefirió omitir esa escena. Prefirió preguntar su edad.
