Capítulo 12

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Desde que estas dos piezas de farándula entraron a mi vida este par de cumpleaños serán los mejores de mis veintidós. El primero por ponerme a Jose en la vida para quedarse y este porque ya tengo a los dos, todo en su lugar.

Jose se fue a descansar al aeropuerto después de comer el pastel que Carla preparo, su viaje además de ser para felicitarme y regalarme una cadenita de oro con su logo de artista fue para entregarnos formalmente las invitaciones para su boda. Aún me es imposible creer que se vaya a casar con la malgeniuda de Mariel... Ni siquiera vino con ella.

En fin, falta solamente un mes y será en su casa de Medellin, por suerte somos casi vecinos. Mañana vendrá a almorzar y de aquí saldrá para Nueva York a quien sabe qué.

Joselito duerme plácidamente en la cuna que aún conservamos y Juan Luis me abraza haciéndome piojito en la cabeza.

—Ahora si me la hiciste mala —Murmuro—, yo te hacia ya ahí en el avión admirando azapatas de piernas largas.

—Las piernas largas no son lo mio —Dice palmeandome el muslo.

Le detengo la mano y la coloco en mi cintura.

—¿Que paso con el viaje?

—Los empresarios cancelaron la fecha por algunos riesgos en el lugar, no se expondrían a que yo sufriera un accidente y les cayera una demanda donde les quitaría hasta la risa así que la aplazaron una semana mientras hacen los arreglos pertinentes para que tanto yo y los asistentes estemos bien —Explica abrazandome—, y no podía ausentarme en una fecha tan importante para ti.

—Ni me acordaba —Río—, bien podría haber pasado hace meses. Estando contigo los días pasan volando y sin nombre u orden alguno.

—¿Te hago despistada? —Pregunta.

—Me haces tener la mente en las nubes.

—Si no estuviéramos aquí subiría tu cuerpo a acompañarle.

—¿Qué?

—Fue una sutil forma de decirte que quiero llevarte al cielo mi amor.

Niego y le planto un beso en los labios —Así abrazada como me tienes ya me siento ahí.

—Tan bella ¿Te gustó tu regalo?

Miro el cuadro en el tocador que muestra una foto nuestra besándonos el día que me pidió matrimonio, nuestra forma de encajar es tan perfecta que en el cuadro si lo ves de lejos parece una sola persona inclinada y no dos enamorados comiéndose de amor.

—Me encantó, pero más el que hayas estado. Tu presencia vale cualquier cosa material.

—Por eso te amo, más que tu belleza que me enamora día a día la vista, tu corazón me enamora el alma.

—¿Fue la forma sutil de llamarme cursi?

—Eres mi cursi.

—Tuya —Asiento—, no sé que me pasa o que me haces pero te juro que yo no soy así. Soy la persona más seca de mundo.

—Podría arreglar eso...

—¡Juan Luis! —Niego.

—Ya ya.

—Eres un maniaco sexual.

—Y tú estas muy buena ¿sabes? Al parecer hoy no te lo he dicho.

—Toma, abraza la almohada y durmamos.

Le lanzo la almohada a la cara y ríe agitando la cama.

—No duermo tranquilo si no te abrazo a ti —Murmura—, así que ven almohada de piernas cortas pero súper buenas.

Pretty Boy & Pretty GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora