Capítulo 38. Déjá vu y...

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Capítulo 38

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Capítulo 38. Déjá vu y una digna hija de Meredith.

Odessa no habla mucho, permanece con la boca cerrada y la mirada ida la mayoría del tiempo. Dejé de esforzarme para que hable luego de unos pocos intentos, Aika me confesó que no se acercó a hablarle porque estar a su alrededor le deprimía. Realmente lo hacía. En las noches podía oír ligeros gemidos de dolor por su parte. Odessa lloraba todos los días y tenía pesadillas con la muerte de sus padres. Era hija única, por lo visto fue muy mimada y ahora se siente sola en el mundo. Está tan centrada en su dolor que no deja a otras personas acercarse.

Con Bea han pasado cosas raras, como la de hace unos días. Estábamos practicando con la espada y ella comenzó a hablar sobre su madre.

—Mi padre... Ya sabes —evadió mi estocada—. Me confesó que... Que mi madre no es mi madre.

—Lo sé —respondí de la nada, ella me miró confundida—. ¿Qué?

— ¿Cómo que lo sabes? Apenas te lo digo.

— ¿No me lo dijiste antes? —murmuré, entonces la confundida era yo—. Pero... Siento que ya lo sabía.

Me miró raro y siguió con el tema. Que su tía era su verdadera madre. Pero yo ya lo sabía. De alguna forma tenía la sensación de que eso yo lo sabía desde el momento en que Apolo se lo dijo. Llegó un punto en que darle vueltas al tema me dio un dolor de cabeza insoportable y tuve que dejarlo.

Pero eso ya no importaba, había llegado el día. Al fin volvería a casa y dejaría este lugar de locos. Además de que me llevaré a los Jackson conmigo, y Aika ha jurado y más que jurado que irá a visitarme en algunos días. No importa que le haya dicho "Pero vivo en Londres y tú en New Jersey" ella insistió y... Bueno, pues al parecer tendré la primera visita de una amiga que no es Bea. Mamá va a emocionarse.

Mamá, pensar en ella me llena de emoción. Ya quiero abrazarla, extraño hacerlo... Tampoco es que lo hacía seguido, pero tal vez a partir de ahora la abrace un poco más. Al igual que a papá, extraño que me cargue. También a Maddie... Nico tiene olores que no son aptos para mis fosas nasales, mejor me alejo de él.

— ¿Podrías dejar de hacer eso?

Parpadeo volteando hacia Lloyd, él señala molesto hacia mi pierna que no dejaba de subir y bajar rápidamente. Esa frase la he oído antes, por otra persona, en la misma situación.

— ¿Te molesta? —murmuro.

—Por algo lo digo —rueda los ojos y se voltea.

Miro mis manos confundida. Eso se sintió demasiado familiar. Me estremezco, familiar y Lloyd no se mezcla. De pronto ya no quiero seguir comiendo mi desayuno. Y como hay una enorme fogada dispuesta ante mí, me acerco a ella y la miro fijo durante un buen rato.

— ¿Te fascina el fuego o simplemente planeas quemarte las cejas? —pregunta la niña sentada junto a la gran llama, me tenso ya a sabiendas de que es Hestia. Me sonríe agradable—. Puede descansar, soldado.

Solo soy una Greengrass. (SSG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora