28 de marzo

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Una mirada cómplice fue todo para decir que era lo que más había esperado. Alexis me había ayudado varios meses y de algún modo estaba locamente embobada con aquel chico.

Una noche veníamos de la escuela rumbo a nuestras casas; ese día nos tuvimos que quedar hasta tarde por una muestra en que participábamos. No se si fue la noche que me ayudo que lo confesara todo o ya no podía ocultarlo.

Y esa noche de primavera le confesé mi amor hacía él, las horas que me pasaba pensando en él, las noches que no podía dormir por él, las charlas de siempre y en todos los momentos que habíamos pasado eran mi mayor tesoro. Y aquella noche estaba oficialmente de novio con mi chico que me tenía loca, Santiago.

Recuerdos del vientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora