Capítulo único.

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Lo vi dirigirse a mi mesa desde el otro lado del salón, caminando de una forma tan elegante que le daba un aire de rey pero chico malo a la vez. Con su mirada siempre al frente, una de sus manos dentro del bolsillo del pantalón y la otra moviendola al compás de su andar. Usaba un hermoso traje formal de color gris, el cual le quedaba perfecto con su tono de piel morena, el color de su cabello negro y sus ojos castaños. Con cada paso que él daba, yo me ponía más nerviosa y mientras lo veía venir hacía mi recordaba el día en que nos encontramos.

"Estaba caminando hacía la salida del Centro Comercial, había ido a comprar un traje de baño ya que saldría de vacaciones con mi familia a la playa y los demás que tenía ya estaban muy gastados y viejos. Caminaba por el pasillo mientras comía un helado de fresa y mango, y veía las demás tiendas de ropa, calzado, electrónicos, etc.

Iba tan distraída viendo los artículos de las tiendas y disfrutando de mi helado, que cuando reaccione fue hasta que sentí el frío piso en mi espalda, la ausencia de mi delicioso helado en mi mano y seguramente embarrado por todo el suelo, sin tener alguna idea de a donde había volado la bolsa con mi nuevo traje de baño azul y sintiendo el peso de un cuerpo fornido sobre el mío.

Cuando al fin abrí mis ojos, me encontré con una hermosa mirada castaña. Era un chico, y me estaba viendo con mucha sorpresa. Yo no había hecho ningún movimiento, ni siquiera había intentado quitármelo de encima aun cuando sentía que con su peso no podía respirar bien. Sus ojos me parecían tan encantadores que sentía que me podía perder en su profundidad por varias horas. Simplemente su mirada me había cautivado.

Él fue quien reacciono primero, pues se quitó de encima de mí y después estiro su mano para ayudarme a levantar. Yo la tomé y me dijo:

-Lo siento tanto, venía corriendo y no me fije por donde iba.- Al final sonrió de medio lado pero con cara de perdón. Era un chico moreno y de cabello negro, casi de mi estatura. Llevaba unos jeans, una camiseta roja de manga larga y tenis algo gastados.

-Yo... n-no te preocupes, también venía distraída y...-Iba a decir algo más pero el sonido de un silbato me interrumpió.

-¡HEY, TÚ! QUÉDATE DONDE ESTAS.- Era un hombre algo regordete el que había sonado el silbato. Venía corriendo muy agitado y parecía que en cualquier momento caería al piso de cansancio.

-Mierda, me ha alcanzado.- Susurro el chico.- De nuevo lo siento, y la próxima vez que nos veamos te prometo que te pago tu helado.- Me dijo mientras comenzaba a correr por el pasillo a toda velocidad y saltando obstáculos que se encontrara por enfrente.

-¡DETENTE CHICO!- Dijo el hombre cuando paso corriendo muy lento por un lado de mi.

No había entendido lo que el chico me había dicho hasta que mire al piso. Mi delicioso helado estaba embarrado por una buena parte del lugar y no sabía que hacer. Rápidamente, intente localizar la bolsa con mi compra, la vi a unos cuantos metros de mi, corrí hacía ella para después tomarla y comience a caminar a un paso rápido hacía la salida antes de que llegara algún encargado y me pusieran a limpiar, por suerte no había casi nadie por el pasillo.

Nos volvimos a encontrar al inicio de las clases en mi escuela, él como había prometido me compró un helado. Nos hicimos amigos con mucha facilidad, él me contó que a su papá lo habían transferido a está ciudad por su trabajo (lo que explicaba que jamás lo había visto), que era hijo único y demás cosas. Seguimos saliendo pero siempre como amigos, nunca llegamos a ser algo más, además de que en tercer curso nos distanciamos casi llegando al punto de no hablarnos."

Su llegada a mi mesa fue lo que me saco de mis recuerdos. Mantenía esa gran sonrisa de medio lado que desde hace un buen tiempo amaba.

-Hola.- Me dijo mientras se sentaba en una silla a mi lado.

Nuestro Último BaileWhere stories live. Discover now