Capitulo 3: Bienvenido

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¡Buena lectura!


Corrió el cierre de la maleta alistada y en el momento siguiente tomaba rumbo al aeropuerto. Tsuyu había pasado a temprana hora por el manuscrito y ahora él se acomodaba en uno de los asientos del avión en el que sobrevolaba con dirección a Nagoya.

"Nuestra mirada escoge una zona donde se concentra la luz, enfoca aquel punto. Empezamos a descender despacio hacia allí. Un mar de luces de neón de distintos colores. Es lo que llaman un barrio de ocio"... (After Dark, Haruki Murakami)

       Chop. Un chupete en un tajo cortó su concentración, un mocoso ocupaba ya el asiento izquierdo, observándolo con sus enormes ojos redondos sin parpadear mientras lamía su dulce entre ruiditos y saliva escurrida. ¡Zaz! Suna, con una mirada severa, cerró en un acto el libro de tapa dura y en un respingo el niño se echo a llorar, había logrado asustarlo y él victorioso con su dedo índice subió sus lentes.

        ¿Qué si le molestaban los niños? Tal vez. Era un imán de niños o tal vez un dulce que ellos querían probar, siempre había sido carismático entre la gente y que se le acercaran no era el problema, pero le incomodaba las miradas fijas que suelen dar antes de soltarse a llorar o los berrinches que armaban por algo absurdo. La última y la primera vez que cargo a un bebé con gusto fue cuando vivía en Nagoya y había sido a Maki, la hermana menor de Takeo. Pero Maki era distinta a cualquier bebé, tenía el espíritu de la familia Gouda, era fuerte y tenía determinación. Había aprendido a gatear a los 4 o 5 meses, una edad temprana según presumía Yurika, la madre de Takeo. Definitivamente era una Gouda.

        Todas las tardes Ringo y Suna visitaban a Takeo para ayudarlo a cuidar de su hermana. Suna concibió que jamás había visto a su amigo tan protector y cuidadoso ni siquiera con Ringo. Un día cuando estaba sentado en el piso de la sala leyendo, un jalón de camisa le hizo voltear, había sido Maki, que se acomodaba a su lado mirando el libro, en ese momento a Suna le pareció gracioso y tomándola en brazos la sentó en sus piernas para leerle en voz alta. Ni siquiera era un cuento infantil, ni tenía dibujos; pero Maki se quedo tranquila, jamás dormito, al contrario, veía con detenimiento las páginas y el movimiento de Suna al cambiarlas. A partir de ese día siempre que visitaba a Takeo, Maki le llevaba un libro a leer y él la complacía. Cuando hubo cumplido los cuatro años, Suna ya le había enseñado a leer y escribir. Se había familiarizado tanto con ella que le había tomado cariño. Sonrió cerrando sus ojos.

        Las puertas que dividían la pista del aeropuerto se abrieron dejando escapar una marea de personas y maletas. Encaminándose, encendió su celular y una serie de mensajes de alerta surgieron inundando la pantalla. ¡¡Suna!! Ringo y yo te recogeremosJ, ¿Cuándo llegas? L ¿Vienes de azul? Creo que ya te vi XD, Falsa alarma, pero debo admitir que era guapo, hasta mi prometida lo admitió. Jijiji Prometida... aun no me acostumbro : D J J J Fue los que alcanzo a leer antes de que se congelara la pantalla. Sonriendo hecho un vistazo entre la marea de humanidad distinguiendo una escena peculiar, el cuerpo de Yamato se alzaba sobre las cabezas como suspendida en el aire y con los brazos en alto sujetaba un cartel rosa donde se leía: ¡BIENVENIDO SUNA! ♥ Repasando la imagen encontró a Takeo de base echando miradas penetrantes a quien se le cruzaba en el panorama. Acercándose por detrás soplo en la oreja de su amigo quien se estremeció.

- ¿Eh? ¡Suna!

- Qué tal Takeo, hola Ringo – hablo levantando su mirada en dirección a Yamato.

- ¡Bienvenido Suna! –grito con entusiasmo zangoloteando el cartel-.

- Vamos a casa

- Y... ¿Cómo vas?

- Todo está bien, es decir, estoy trabajando en un nuevo manuscrito.

- Eso es muy bueno Suna –sonrió Yamato, quien servía té

- Sí, eso creo.

       Los tres se encontraban en la sala platicando animosamente entre los panecillos y té que Ringo había preparado especialmente para su regreso. Nada había cambiado, Takeo seguía devorándolos en un bocado, gesto que complacía tremendamente a Yamato.

- Y bien...

- ¿Qué? – espeto Takeo

- ¿Cómo fue?

         Apenas cuestiono, el color se le subió al rostro de Ringo, quien llevando sus manos al rostro moviéndose nerviosa en negación emitía sonidos indescifrables.

-  Bueno...

- ¡Tadaima!

- Okaerinasai

Se escucho a lo lejos, la voz de Yukina y una segunda voz.

         En el momento apareció a escena y detrás de ella, una niña con el uniforme femenino de la secundaria Shuei a la que iban Takeo y Suna hace 10 años.

- ¡Hola Maki! – hablo Ringo

Maki

- ¡¡¡Ringo has hecho galletas!!!

- Sí, bueno, tenemos visitas Maki-chan – hablo Takeo

- ¿Eh?

Maki acercándose con velocidad al lugar donde se encontraba él, observo con detenimiento a Suna, demasiado cerca pensó. Un diminuto bufido salió de su nariz y con el ceño fruncido atino a decir

- ¿Te conozco?



Eso es todo, espero te haya gustado ¡Nos vemos!

¿Quién enamoro a Suna? [Ore Monogatari]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora