Prólogo

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Me deslice lentamente en la bañera. Al fin me sentía relajada y libre. Puse mi reproductor y cerré los ojos. Estaba feliz. Estaba consciente de que no tenia familia, sabia en lo que me había convertido, pero eso no importaba ahora "todo estará bien" me repetía a cada minuto.

En algún momento abrí mis ojos y observe mi ropa tirada al lado de la bañera. El rojo vivo de la sangre sobresalía de mi hermosa sudadera amarilla.

Había evitado pensar en como había comenzado todo, pero creo que no había opción. Además recordar ya no me haría daño o ¿si?

Después de todo, algunos de mis recuerdos no eran tan malos. Los de mi infancia eran los mejores, cuando mi padre aun estaba vivo, aun me cantaba, aun me leía y aun me hacia creer en hadas.

Mi madre no era la excepción. Ella era una mujer grandiosa. Todo el que la conocía terminaba pensando lo mismo , pero las personas cambian y las situaciones también.

Mi infancia

De niña carecía de las habilidades necesarias para hacer nuevos amigos. Mamá me decía que era cuestión de tiempo y papá que mis compañeros eran unos tontos, lo usual era que me vieran jugando sola después del colegio. Eso nunca me molesto, es más, a mi me gustaba lo suficiente como para dejar de hacerlo.

Mi único amigo era un niño de mi edad que siempre estaba jugando con sus patinetas. El y yo llegamos a desarrollar una gran amistad que murió cuando el tuvo que mudarse a otra ciudad.

Mi niñez fue relativamente feliz, hasta el día que mi padre murió.

Desde entonces todo cambio......

RestringidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora