Ahora ¿Qué?

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Alexander se puso mal con su ataque de esquizofrenia, le daba fiebre por las noches y dos veces lo llegué a escuchar lanzar muebles, Alen me marcó repetidas veces en la madrugada, no lo queríamos llevar de nuevo al psicólogo porque sabíamos que se podría poner peor con respecto la actitud y lo que hacíamos para calmarlo era marcarme y decirle a Alexander que todo estaba bien y que yo seguía en el condominio, siempre decía que algo me había pasado y que probablemente ya había muerto, me asustaba que pensara eso de mi, en sus ataques a veces me asustaban, ya había tratado de atacarme varias veces y, aunque lo comprendía, me preocupaba que alguna vez lograra hacerme daño o incluso a Alen. 

Las noches eran algo largas, más cuando me daban las cuatro de la mañana y no podía dormir por pensar en ellos. Quería verlo, quería saber si era necesario un psicólogo o medicamentos...

Hacía muchos meses que mis papás no lo veían y ocasionalmente me preguntaban por él, diciendo que lo habían visto con un chico algo mayor para juntarse, yo sabía que era Alen, pues era la única persona con la que habría accedido a salir si no era yo, siempre les contestaba que nuestros horarios ya casi no coincidían, por lo que a veces me regresaba yo sola a casa y él salía con sus compañeros y tal vez alguno vivía por éstos rumbos. 

Hubo una noche que fue jodidamente callada, me preocupó mucho eso.. Durante toda la noche no escuché gritar a ninguno, Toto tampoco ladraba, no había llamadas, mensajes, ninguna señal por parte de los Santorski... Quisiera saber que es lo que ha pasado en las dos malditas semanas ¡QUE NO SE HAN COMUNICADO!

Mi psicólogo es un psicópataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora