Chicos encuerados

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El olor a alcohol y sustancias que no te hacen tener el mayor de tu discernimiento entre el bien y el mal, predominaba en la sala de aquel ruidoso lugar. Se escuchaban gritos que junto con la música alta y las luces de Neon, a Lucia no la dejaban tener su mejor grado de inteligencia. Cuerpos bailantes se movían por toda la sala, y las otras mujeres con sus vestidos extravagantes y escasos de tela la hacían sentir totalmente fuera de lugar.

Lucia era una chica que, a pesar de toda su belleza interna, tenía una belleza exterior bastante curiosa, sus cabellos lacios color castaño junto con sus cejas voluminosas; su altura era de unos 1.66 metros que, junto con su delgadez no la dejaban sentirse segura completamente. Toda su vida la había pasado envuelta en una burbuja de cristal, fuera de todas las cosas insanas y mal vistas por la gente adulta. Sus padres eran maravillosos, ambos con sus personalidades distintas y con su manera de amarse, para ella siempre habían sido su modelo a seguir. Amaba a su papá tanto como a su mamá, no había preferencia por ninguno, era cariñosa y atenta, pues era su única hija mujer. Tenía dos hermanos, Damián y Jacob, cada uno con sus historias del pasado y grandes experiencias que contar.

Su familia era religiosa, y dedicaban tiempo a conocer la verdad de las escrituras, los sábados asistían regularmente a su congregación y ahí pasaban lindas experiencias junto a los miembros de la misma. Más que una costumbre, era algo especial que había en su familia.

Se podría decir que tenía la mas maravillosa abuela, era la gran admiración de Lucia, y trataba de pasar una gran parte de su tiempo junto a esa abuelita con bastantes canas, era la mas alcahueta y hermosa abuela que podía existir, así era para ella.

Volviendo de sus pensamientos Lucia se dio cuenta que sus amigas la habían dejado sola –Igual que siempre- dijo para ella misma. Se movía entre los sudados cuerpos que se encontraban teniendo bailes extraños para ella; cuando por fin encontró a una de sus amigas ,Alicia, le dijo casi gritándole – Por fin te encontré, sabes que no me gusta que me dejen sola. Alicia se dio vuelta y la abrazo –Disculpa, pequeña, estaba platicando con un chico y pues, tu sabes- Dijo rápidamente quiñándole el ojo. Lucia muchas veces prefería estar sola en su cuarto, en tranquilidad, que en una fiesta con gente desconocida y música explotándole los tímpanos. –Ya es tarde tengo que ir a casa- Dijo. –Son las 12:30 Lucy, siempre te vas antes de que explote la fiesta-contesto Alicia.

Luego de minutos tratando de convencer a su amiga, se dirigió a su carro que se encontraba a varias cuadras de la casa, observó a lo lejos a un grupo alrededor de 5 hombres que se encontraban fumando sobre un carro. –Solo espero que no sea mi auto- pensó.

Con los pies cansados por los tacones bajos que tenía, visualizó su auto que se encontraba a unos 2 más de donde estaba el grupo de hombres.

Pasó rápidamente ignorando los silbidos y pequeños gritos que los 'Chicos encuerados' (así decidió llamarlos) le brindaban. Se montó rápidamente en su auto y a una velocidad precavida salió de aquel lugar.

-Ve a bailar con ella men, solo mírala, va a caer rendida a tus pies- Le decía Fran a su amigo, a lo que este siguió su consejo y la invitó a bailar, y como era de extrañarse, esta accedió inmediatamente.

-Gabriela, ¿que dices?- dijo el chico. Mientras ella movía su cuarto contra el de él–Que vamos a otro lugar, acá es aburrido- dijo Gabriela muy cerca de su boca.

El chico hizo la señal a lo que Fran entendió rápidamente y fue a donde se encontraba.

-Lo siento Gab, tengo que llevarme a Ethan. La chica furica se fue en dos pasos y se sentó de nuevo en la barra a esperar a otra presa.

-Gracias por salvarme de esa loca- le dijo Ethan -siempre para los hermanos- contestó Fran.

Lucia al llegar a su casa entró en silencio para no despertar a nadie, se sentó sobre su cama y comenzó a llorar, estaba harta de llevar una vida que no le interesara y tener que dejar llevarse siempre por sus amistades, pensando en qué hacer se quedo dormida así, sin más, sobre su almohada, con la cara empapada en lágrimas y un corazón cada ves más roto.

Desde que había terminado con su novio hace dos años, ella no le encontró el sabor a la vida, pensaba en cómo hacer para volver a divertirse realmente y no solo pasar su vida en lugares donde no encontrará nada que la llenase. Su ruptura fue un poco abrupta, de todo a nada, de ser lo único en su vida a ser un desconocido, de amarlo a odiarlo y de pasar largos días y meses con él a llevar una vida sin tener a quien amar. En poco tiempo él se había convertido en algo que a lucia le parecía impresionante, por fin alguien había notado su personalidad interesante y su forma de ser reservada, la había encontrado divertida. Ella lo amaba como nadie se atrevió a amar antes, y pensó que su amor iba a ser único e infinito, pero las personas cambian, y él no fue la excepción. Como una película pasaban las escenas en las que él había sido un grosero y más que eso, la había engañado repetidas veces y lucia por inocencia lo perdonaba una tras otra ves. Un día llegó a su punto límite decidió dar fin a su relación, con el corazón roto en millones de partículas, tuvo con seguir con su vida quisiese o no. Aún esos pensamientos la atormentaban y no querían salir de su mente, y aunque ella se esforzara en no pensar más en ese estupido, su corazón aún albergaba parte de su amor.

Volviendo a donde estaba Ethan, Marck , otro de su grupo, les informó  que debían irse del lugar ya que los vecinos estaban quejándose por el alto volumen de la música. Ethan fumando sobre su carro, vio que una chica se acercaba, desde los metros de lejanía se notaba que estaba nerviosa, cuando pasó  a su lado su perfume inundó las fosas nasales de Ethan, haciéndolo delirar por el precioso olor. Sus amigos pervertidos comenzaron a fastidiarla diciendole cosas, Ethan penso que ella volteria, pues, ¿Quien se iba a resistir a su belleza? Al no voltear, si no acelerar el paso, Ethan se quedó pensando en qué tenía esa chica y por qué no se había siquiera percatado de su existencia.

-heey dormilona- escuchó Lucia fuera de su cuarto.  -¿Que quieres?- gritó la misma. Se escuchó como abrían la puerta y entró gritando y saltando su mejor amiga, Kathy. -Cuéntame cómo es eso que te besaste con un chico ayer- dijo mientras entraba.

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⏰ Última actualización: Apr 19, 2016 ⏰

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