Bueno, ya estamos, voy abrir el portón ¿Estás listo?
Martín observa la punta de la alfombra que sobresale y luego mira como la llave se va introduciendo en la cerradura del portón. Se pregunta qué le deparará el destino en este segundo plan alternativo. Ya les había mentido a sus padres con que a veces se quedaba en lo del amigo, que vive cerca de su nuevo trabajo para viajar menos.La gran reja se abre, el sol resplandece en los rostros de ambos que miran como si hubieran abierto las puertas del cielo.
El carro esta pesadísimo, con cuidado lo bajan al cordón. Lo van llevando despacito, Miguel le pide a Martín que se saque su linda gorra y se revuelva el cabello con las manos.
Pocos autos lo cruzan, son cuatros cuadras que tienen que recorrer.
Van tranquilos por el costado del cordón. Dejan la calle Fray Justo de S. María de oro y agarran Arturo Capdevila._Es aquel_ Anuncia Miguel sin señalar.
_ ¿La negra? Esa no es tuya _ Acota el chico confundido._ ¡Más vale que no! No voy a traer el mío para que todos vean que metemos una enorme alfombra enrollada en el baúl. ¿No te parece?
Arriman el carro bien pegado a la caja de la camioneta. Sacan las cosas y la colocan dentro, luego Miguel levantando de la parte de la cabeza y Martín por los pies, logran meter la alfombra.
Después de cerrar la caja de atrás, el joven toma la manija de la puerta del acompañante e intenta abrirla, Miguel de adentro le hace seña para que se acerque a su ventanilla y Martín da la vuelta.
_Listo, ahora es tu momento_ Dice Miguel_ Como ves, con la camioneta no se necesita el carro, se vería muy raro. ¿No crees?
_Si. Creo que sí, pero a esta hora no hay nadie en la calle y se da media vuelta como mostrándole a Miguel el panorama._Si ya se, por eso lo estamos haciendo ahora y por eso mismo también, vas agarrarlo y caminar con él por esa calle ¿Ves?, a 300 metros vas a encontrar un campito. Toma esto_ Le da un bidón de nafta_ Préndelo fuego. Después anda hasta la estación ¿De ahí sabes llegar a Glew?
_Si, no vivo en un termo, pero ¡¿Caminando con el carro?!
_ Pregunta sin entender _ ¡Y después es un re viaje hasta Glew a pie!Le parecía una broma, pero Miguel hablaba muy en serio. La veracidad se le noto cuando le pregunto si pensaba ganar tanto sin hacer nada.
_ Ya en la estación de Glew, si no paso a buscarte, alguien lo hará, no te preocupes, vamos perfectamente bien.
A veces piensa ¿Cómo es que metieron a un muchacho tan joven, en un asunto tan peligroso e importante?
Y recuerda las palabras de tamburri, que decía que estaba obligado a trabajar con gente de confianza, muy pero muy bien recomendada, descartando a personas con mucha experiencia y capacitada. También, recuerda cuando esté, le confesó el terror que lo invade a que lo descubran, que se empiece a escuchar su nombre en todo esto y que la sola idea de estar encerrado nuevamente le hiela la sangre en las venas. Pero darle dinero y armas a una persona que nadie conocía también le daba desconfianza e inseguridad y el joven es recomendado por parte de Lindbergh.La alfombra empieza a gemir y a moverse cuando la camioneta entra en un garaje amplio para dos vehículos. Es en una casa hermosa en la ciudad de Glew. Ya, dentro y con el portón automático cerrado, el auto que estaba antes que Miguel, se corre dos metros hacia atrás, dejando ver un recuadro en el suelo de cemento. El dueño de la casa, el sueco, levantó con sus dedos una manija oxidada en la parte superior del recuadro y la deslizo hacia atrás.
Una escalera sucia de ladrillos apareció entre luz.
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La Venganza
AcciónFue secuestrado y torturado por pensar distinto. Ahora con años de planear una venganza contra quien lo tuvo cautivo ,vuelve a para pagarle con la misma moneda: secuestró y tortura . Pero a causa de esto lleva una doble vida. Nadie sabe a que se de...