Al fin había llegado el día, el decimosexto cumpleaños de Scully que celebraríamos por todo lo alto.
Estaba todo listo, deseaba que todo saliera perfecto, teníamos alquilado un local, las invitaciones estaban enviadas, la tarta de tres chocolates lista. Nada podía salir mal. Lo único triste es que era mi último día con ella, mañana tendré que volver a coger el avión e irme a Valencia. Me dolía bastante tener que irme y por eso quería aprovechar hoy el día al máximo.
Nos levantamos a las doce, no duchamos y la ayudé a vestirse, maquillarse y peinarse. Le ricé su pelirroja cabellera, y aunque a penas necesita maquillaje le puse un poco de base, el colorete, labios rojos porque ya era toda una mujer, y le resalté sus ojazos verdes. Se la veía imponente.
Cuando nos quisimos dar cuenta ya eran las tres de la tarde, terminamos y nos fuimos al local, allí todos nos esperaban para comer.
Fue una pasada de fiesta, tuvimos DJ, y todo el mundo se lo pasó genial, nos acostamos sobre las seis de la mañana pero no dormimos porque yo tenía el avión a las ocho. Nos pasamos la noche riéndonos, nos escribimos una carta la una a la otra que no podríamos leer hasta que me fuera y contándonos historias. Parece mentira que tras tantos años aún quedarán cosas que contar, y si no hay nada que contar siempre se pueden recordar viejos tiempo. Es una de las personas que más quiero en este mundo, pero no debía confundir esos sentimiento, era amistad, y a lo mejor una mínima atracción física como a cualquier otra mujer guapa pero nada más.
Después de todas las risas tocó llorar, no quería irme, ella no quería que yo me fuera pero así debían de ser las cosas. En navidad sería ella quien me visitaría.
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Diario de una lesbiana
RomanceLaura confunde los sentimientos de amor y amistad continuamente, confunde la atracción, el deseo, la pasión, solo tiene una cosa segura, le gustan las mujeres. Primero cree que le gusta su mejor amiga, después su profesora... esto la llevará a situa...