。。。

1.1K 131 57
                                    

¿Lo recuerdas?


Aquella vez que me encontraste a la orilla del río que estaba yendo fuera de control salpicando de aquí a allá; estaba considerando lanzarme y dejar que mi cuerpo se hiciera uno con esa agua dulce helada rabiosa, que debido a la magnitud de su fuerza con la que de a poco se dirigía a la cascada más cercana podía maltratar mi piel sin piedad o compasión alguna, que poco me importaría, llegaría a disfrutarlo.

Pero tú apareciste, tocando mi hombro, susurrando un ¿disfrutas la vista? y yo quedé embobado con ese rostro tan perfecto, delicado, angelical. Tomaste asiento a mi lado y me dijiste tu nombre, aunque vacilé unos segundos, terminé por decirte el mío, para que formarás una de las conversaciones más amenas y agradables que pude haber tenido en ese tiempo.

La depresión que tenía en ese instante la desapareciste por completo, mi vida no era mala, para nada, padres amorosos y amigos fantásticos, pero me sentía tan... vacío. Algo me hacía falta, y en mi estupidez no pude encontrarlo, hasta ese día en el río.


¿Lo recuerdas?


Ese cumpleaños, la gran fiesta que mis padres habían dejado que formara; el descontrol increíble, y tú estabas allí. Nuestra amistad fue haciéndose tan fuerte que llegamos a nombrarnos mejores amigos delante de todas las personas, el mundo entero. Ese día, esa noche, cuando estábamos un poco pasados de tragos, cuando nadie estaba cerca, cuando me llevaste hasta la gran piscina de agua cristalina, divina y satisfactoria para la ocasión, introdujiste nuestros cuerpos sin pudor alguno, erizándome los vellos, gracias a lo helada que se encontraba; todo eran risas y juegos, salpicábamos gotas entre ambos, hasta que paraste en seco, con la cabeza observando tus pies bajo el agua, el sentimiento de preocupación tomó completamente mis sentidos un poco desorientados, quise acercarme, pero me paraste rotundamente al susurrar muy audible ese me enamoré de ti.

Cada vez que pienso en como confundiste mi cabeza con esas cuatro palabras me causa risa. Me alejé y me perseguiste; era demasiada información para mi cerebro ebrio. Pero eso no te detuvo, tomaste mi brazo de una forma un poco brusca, y luego acercaste nuestros rostros peligrosamente, me pediste una oportunidad, y derretido ante tus palabras, acepté dejando caer el peso de mi cuerpo en el tuyo.


¿Lo recuerdas?


Había cogido un gran resfriado, y tú no dudaste ni dos segundos en venir directo a mi, a cuidarme. Luego de que sudase mi fiebre me obligaste a darme un baño, pero yo estaba un poco fatigado, al final me llevaste en tus brazos y me dejaste en la bañera; el agua estaba helada, realmente fría, cuando mi cuerpo la tocó di un salto mojándote la gran mayoría de tu rostro y ropa, te burlaste de mi, quise enojarme porque después de esas grandes carcajadas que soltaste pude darme cuenta que había sido intencional, pero tu melodiosa risa se infiltró en mis oídos haciendo que me perdiera como un niño viendo sus caricaturas favoritas; tú eras la mía, y yo era el niño que se perdía completamente en ti. Al final optaste por entrar junto a mi, y fue totalmente vergonzoso ver que ambos teníamos nuestros cuerpos tan juntos cubiertos con una sola prenda, que guardaba "ese" lugar en especial.

¿Quién hubiera dicho que sería la primera vez que nos uniéramos?

Tú y yo. Tomaste mi inocencia, de la forma más dulce, jamás me arrepentiré de haberla perdido contigo, me trataste con tal delicadeza, como si fuese la obra de arte más hermosa y perfecta del mundo; único, así me hacías sentir, y te lo agradezco, infinitamente.


Sí, tenemos infinidades de recuerdos y momentos, y yo los pienso cada segundo de mi existencia, aunque duele tanto hacerlo, no puedo parar, porque te extraño, eras mi vida; eres. Cuando te veo, y sé que eres feliz, y yo también lo soy, estoy feliz por ti, pero a veces me siento tan egoísta al pensar que tu felicidad no debería ser de tal forma, no debería ser con él, claro que no; debería ser conmigo.


Y te pregunto una vez más, ¿lo recuerdas?


Estabas completamente decaído, no podías dirigirme una palabra, ni sostenerme la mirada, me preocupé tanto, pero tanto, ver tus ojitos apagados, no ver esa preciosa sonrisa que forman cuando tus labios se ensanchan, no me tocabas, ni me dejabas tocarte, cansado exploté y tú también. Discutimos, fuertemente, y cuando ya no soportaste más, te lanzaste en la cama y me susurraste casi inaudible no podemos seguir, no te amo como antes, tengo a otra persona.

Sentí que un balde de agua helada había caído sobre mi. Ya no era el agua helada que tanto me gustaba de un río, o una piscina, y menos la de mi bañera; era el agua helada que te llevaba directo a la quiebra. Ya no eran esos susurros que me regalaban escalofríos con motivo de ternura y amor; eran de terror y dolor. Y tú ya no eras el Jimin cariñoso de antes; cambiaste me dejaste, te fuiste y no lo dudaste ni dos segundos, solo me abandonaste por Jackson. 

Ni me dirigías la palabra, te volviste una roca fría... La roca fría que aún es la dueña de mis sueños y suspiros, y aunque si, estoy feliz por ti...

...

Sigue siendo tan doloroso.

Stone cold ✽ JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora